El Gobierno enviará a la Asamblea Nacional la novena reforma tributaria con el carácter de urgente. El objetivo es que los legisladores la aprueben antes que finalice el 2011 porque las arcas fiscales necesitan contar con más recursos a partir de enero.
Esta nueva reforma, que fue postergada a inicios de este año para no complicar la consulta popular del 7 de mayo, ha sufrido mutaciones. Primero fue promocionada como una medida urgente para financiar una emergencia en Salud, que necesitaba USD 406 millones, recursos que no fueron presupuestados el año pasado. Su postergación evidenció que no hubo tal urgencia, más cuando en los primeros nueve meses del año apenas se ha logrado invertir el 25% de lo previsto para todo el 2011.
Luego se intentó venderla como una reforma ‘verde’. Ahora se plantea aumentar el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) del 2% al 5%. Este tributo, que fue creado para frenar la salida de dólares del país, no ha cumplido su misión, aunque se ha convertido en una interesante fuente de financiamiento fiscal.
La tasa del ISD comenzó con el 0,5% y ahora se encuentra en 2%. Paralelamente, las recaudaciones por este impuesto pasaron de USD 31 millones a 370 millones en tres años, es decir, mientras más se ha aumentado el impuesto, más dólares han salido del país, llegando a USD 18 500 millones el año pasado.
El Ejecutivo trabaja en varios frentes para frenar la salida de divisas a través de una restricción a las importaciones, aplicando mayores aranceles, licencias y ahora con un impuesto más alto a la salida de divisas. Pero esos mismos esfuerzos no se observan para generar el ingreso de dólares en la economía nacional, fomentando las exportaciones o atrayendo la inversión extranjera.