La muerte de las dos últimas jirafas que tenía el Centro de Conservación de Fauna Silvestre de Loja generó preocupación. Los zootecnistas no recomiendan la importación de animales exóticos de otros países si no existen las condiciones ambientales y médicas.
La pareja de jirafas nació en cautiverio y fue traída en el 2017, cuando tenían 11 meses, desde un zoológico de Estados Unidos. Murieron en julio y agosto, con 23 días de diferencia entre el macho y la hembra.
De acuerdo con la necropsia practicada por los veterinarios del Centro de Conservación y de la Universidad Nacional de Loja (UNL), los ejemplares murieron por problemas intestinales, cardiopatías y otras afectaciones derivadas de las condiciones ambientales.
Según Yandri Cevallos, veterinario de la UNL, el clima frío y el hábitat no eran los adecuados para estas especies. Las jirafas viven en pisos climáticos de hasta 1 000 metros sobre el nivel del mar y Loja está por encima de los 2 000.
Para Cevallos, estos cambios provocan una sobrecarga en el corazón al transportar la sangre y el oxígeno. “El animal se esfuerza más para respirar y cumplir las funciones metabólicas”. Por eso, el experto consideró que hallaron líquidos acumulados en el corazón, tórax, pulmones y abdomen.
Sobre las muertes, el director del centro, John Castillo, señaló que a esto se sumó que en el país no hay expertos en el manejo de jirafas ni fármacos especiales que requerían para una intervención quirúrgica, lo que limitó el accionar.
En el país, la mayoría de los 82 zoológicos o centros de conservación de animales tiene especies exóticas recuperadas del tráfico ilícito. Es el caso del zoológico privado Yurak Allpa, ubicado en la parroquia cuencana de Tarqui. Alberga a más de 200 animales de 40 especies, entre ellos, hay pingüinos que fueron donados de otro refugio y rescatados del tráfico ilegal dentro del país.
En cambio, el Bioparque Amaru, en la ciudad de Cuenca, tiene más de 160 especies silvestres. El 95% es nativo del Ecuador y hay leones africanos. Para su director y biólogo Ernesto Arbeláez es un reto el cuidado de estos animales.
Explicó que no es lo mismo manejar especies como aves y serpientes, que jirafas y leones. “En cualquier caso es importante contar con personal especializado en su manejo, salud y alimentación”.
Para los animales procedentes de otros países, él recomendó ser parte de las redes mundiales de Centros de Conservación de Animales para mantener un constante intercambio de información y asesoría respecto al manejo.
Arbeláez dijo que más allá del hábitat donde vivían las jirafas, al Centro de Conservación de Fauna Silvestre de Loja le faltó contar con la asesoría de expertos internacionales y dejar de lado el tema político.
“Las jirafas se vieron como un emblema de Loja y un capricho. Desde allí se partió mal”. Dijo que en los 10 años que funciona el bioparque Amaru no ha tenido mayores problemas, pese a que han recibido animales en pésimas condiciones de salud, como los mismos leones. “Más bien hemos tenido reproducciones”.
Desde el 2019, el país cuenta con el Código Orgánico de Ambiente que establece que la importación de animales a los medios de conservación se autorizará solo por casos de excepción, mediante un análisis técnico de la autoridad ambiental nacional.
Es decir, deberán demostrar que tiene espacios adecuados y expertos en su manejo. Desde hace cuatro años, el Ministerio no ha entregado permisos, pero han recibido solicitudes de importación de especies, dijo Byron Lagla, director de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente y Agua.
Entre ellas, hay dos para traer hienas e hipopótamos hacia Guayaquil, sin embargo, el tema sigue en análisis. Este Ministerio es el ente regulador y el que emite cada año los permisos para la operación de los centros que acogen especies de vida silvestres.
En este tiempo no ha retirado permisos y con la pandemia del covid-19 no existen registros de anormalidades en los zoológicos, señaló Lagla.
En el caso del Centro de Conservación de Loja, en la actualidad, hay un equipo de especialistas, entre ellos un español. Ellos realizan una evaluación del centro para identificar las condiciones de salud y ambientales del resto de especies. “Aún no está el informe, pero no hemos encontrado nada anormal”, dijo Lagla.