El Ministerio de Salud español recomendó el lunes que las mujeres que tienen prótesis mamarias de PIP revisen el estado de sus implantes, en medio de la polémica mundial por sus posibles riesgos para la salud, aunque evitó aconsejar su retirada.
Las autoridades europeas están dando mensajes algo contradictorios sobre cómo afrontar un escándalo global en torno a las prótesis de la empresa Poly Implant Prothese (PIP), que habría utilizado materiales no autorizados para su uso en humanos, como silicona industrial.
“No es necesaria la explantación salvo que exista rotura o síntomas mamarios que así lo aconsejen”, indicó en un comunicado el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de España.
“Las portadoras de una prótesis PIP deben acudir a su cirujano, clínica o servicio médico donde se le realizó el implante para revisar el estado de las prótesis y decidir conjuntamente con el cirujano si es adecuado proceder a su extracción”, agregó.
El escándalo estalló a finales del 2011, cuando las autoridades francesas aconsejaron a 30 000 mujeres que se retiren los implantes de PIP porque serían más propensos a roturas que otras prótesis mamarias.
También las autoridades alemanas han recomendado a los miles de mujeres que llevan las prótesis que se las retiren, mientras que las instituciones británicas y españolas han optado por aconsejar a las mujeres que vayan al médico, indicando que no es necesario que las retiren si las bolsas permanecen intactas.
Alemania había recomendado el mes pasado a las afectadas que se revisaran los implantes, pero elevó su recomendación después de que aparecieran noticias de que la silicona podría filtrarse aunque no hubiera signos de rotura.
En el caso de España, el comunicado oficial indicó que las pacientes que no puedan acudir a las clínicas privadas donde recibieron los implantes podrían ser atendidas en la sanidad pública.
Además, aquellas mujeres que se colocaran el implante en la seguridad social tras una mastectomía y que decidan retirársela podrán reemplazarlo por otro en la sanidad pública.
“El Ministerio espera que el sector privado ofrezca el mismo servicio a sus pacientes. Las aseguradoras privadas tienen el deber de ofrecer el seguimiento y cuidado apropiado a las pacientes que han tratado”, añadió el comunicado.
“Las autoridades sanitarias velarán para que no queden mujeres sin atender, cuando exista indicación médica de explantación”, agregó el escrito.
Al igual que otros países, España aclaró que por el momento “no existe ningún nexo que vincule las prótesis PIP con el desarrollo de tumores”.
La firma francesa PIP, que llegó a ser uno de los mayores fabricantes de prótesis mamarias a nivel global, vendió unas 300 000 prótesis en todo el mundo antes de cerrar en el 2010, después de que una investigación oficial revelase que estaba utilizando silicona industrial, más barata y no aprobada por las autoridades, en algunos de sus productos.