La dinámica económica de la sociedad, así como los planes de crédito del IESS, el Biess y el Estado han estimulado a este sector, uno de los que más efectos virtuosos produce. En efecto, la actividad con mayor impacto en la economía es la de la construcción, que demanda de mano de obra menos calificada y del que dependen entre 300 000 y 400 000 personas, según la Cámara del ramo.
De la construcción dependen también múltiples negocios grandes, medianos y pequeños en los que se expende materiales de metal y madera, ferreterías y plantas cementeras, transporte y muchas otras áreas vinculadas tanto de modo directo como indirecto.
Fue una política pública, de la cual es responsable el Gobierno, la repatriación de dinero de la Reserva Monetaria con la cual se inyectó USD 600 millones a la economía. Además, el Seguro Social aumentó su número de afiliados y recauda mayores cantidades de dinero. Los créditos del IESS, primero y del banco creado para el efecto (Biess), luego, movieron la actividad de manera significativa.
En el país hay 3 700 000 viviendas pero todavía persiste un déficit de 1 000 000. Falta mucho por hacer.
Pero el costo de la vivienda se encarece y eso se ve reflejado en los precios, aunque quienes asistieron y organizaron una importante feria del ramo, en el sur de Quito, sostengan que no hay mayor impacto y destaquen el mayor acceso al crédito que hoy se advierte.
Los constructores ven este ‘boom’ inmobiliario como positivo, pero el alza de salarios sí impacta. Un 30% de los costos están desagregados en la mano de obra (20%) y la seguridad industrial (10%), algo que por supuesto es indispensable observar de manera primordial.