Con los hoteles y apartamentos de veraneo abarrotados, con las playas llenas de gente y las carpas apretadas, el desfogue del agua llegó al mar.
Salinas vio de pronto cómo los sistemas de evacuación vertían el agua lluvia hacia el mar por la playa más populosa del balneario costeño.
Enseguida la mirada giró en torno al Alcalde y el Cabildo, que una vez más es foco de atención de las redes sociales. Ya en diciembre, la exagerada suciedad hizo de Salinas centro de comentarios duros.
Como sucede de cuando en cuando, las calles aledañas al Malecón se empezaron a inundar. El sistema de desfogue operó -cuando lo que suele suceder es que se vierta el agua lluvia durante la noche- ante la emergencia y para evitar que se inunden las casas junto a las calles anegadas.
Varios vecinos aseguran que el agua es fétida y que se podría producir una mezcla del agua lluvia con los contenidos de las alcantarillas. El agua servida, de comprobarse esta denuncia, puede causar severas afectaciones a la salud de las personas.
El efecto fue inmediato, mucha gente precipitó su retorno acortando el feriado o simplemente eligió otra playa de la península o sus alrededores para completar su asueto playero.
La autoridad investiga, se debiera esperar los resultados de laboratorio para determinar si hay contaminación, como se sugirió. El Ministerio de Ambiente, la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo aguardan.
El Alcalde de Salinas atribuye el escándalo a un presunto nuevo intento de dañar la reputación del lugar turístico, uno de los más visitados.
En 1983, en el primer El Niño de fuertes efectos, Salinas se inundó. Lodo, agua hasta los tobillos y un panorama precario cundieron entonces. La pregunta obligada es por qué tanto tiempo después la municipalidad no ha diseñado un sistema óptimo y el desfogue se vuelca sin consideración a vecinos y turistas.
Pero Salinas no es la excepción. Fuertes lluvias cayeron sobre distintas zonas de la Costa y la Sierra y en muchos casos desnudaron problemas persistentes de sistemas de desfogue mal construidos y obsoletos.