La semana trajo una noticia que, por ridícula, merece una severa reflexión. Un operativo para mover una roca se salió de control y paralizó el tráfico en una vía perimetral clave en la capital.
Y lo triste es que el antecedente fue un accidente suscitado en días anteriores, cuando una piedra muy grande se desprendió de una ladera, mató a una persona y dejó heridos a varios de sus acompañantes.
El escenario: la avenida Simón Bolívar, una vía de alta circulación (estiman que más de 120 000 automotores transitan por allí cada día).
Siendo una arteria de tanta importancia, su ejecución deja que desear. Ya la entrega de la vía hace muchos años dio que hablar, ya que los taludes y las obras de ingeniería en una zona escarpada generaron riesgos. Los peraltes han sido observados en más de una ocasión y la vía tiene varias zonas de alto peligro.
Todo empezó esta vez cuando otro tema recurrente en vías y carreteras de todo el país nos volvió a conmover. Una vez más, la muerte de una persona, las heridas de otras y los daños materiales ocasionados por la caída de una roca fueron noticia.
Días después, y una vez identificados medio centenar de puntos críticos, la autoridad municipal anunció la remoción de una roca en un sitio donde podría desprenderse.
Todos pensamos que los estudios previos de las condiciones del sitio en donde se iba a mover la roca, así como la logística y la organización para evitar los embotellamientos, se habían hecho. Pero la operación que terminó paralizando el tráfico por varias horas llevó a una confesión: los responsables no sabían ni cómo operar ni la magnitud de la roca.
Un país con una topografía de tanta vulnerabilidad, que nos cuesta cada año víctimas mortales, debe estar siempre preparado.
Para que una operación casi fallida como la relatada no se repita, las autoridades nacionales y seccionales debieran contar con el conocimiento de expertos geólogos, bien preparados y formados en las universidades del país, para una valoración técnica permanente y, sobre todo, para implementar las soluciones.