Hoy, domingo de Resurrección. Hoy, domingo de Ciudadanía.
El evangelio de Juan cuenta que un domingo por la mañana, muy pronto, antes de salir el sol, María Magdalena vino al sepulcro del crucificado. La narración del encuentro de ella con Jesús es de gran belleza, de gran literatura, de gran amor apasionado y respetuoso. Aquí el tema es sin amor la vida no es vida.
El domingo por la tarde, Jesús se aparece a los discípulos llenos de miedo, encerrados en casa, con las puertas bien cerradas. Y les da la paz. Aquí el tema es el amor vence a las muertes, los pesares y dolores de las vidas cotidianas, vence al miedo de vivir. Tras las muertes vencidas, llega la paz.
Uno de los doce no estuvo en casa cuando Jesús se les apareció. No creía lo que oía y reclamaba un testimonio concreto. Si no veo las señales dejadas en sus manos por los clavos y no meto mi dedo en ellas, no lo creeré. Ocho días después, de nuevo se aparece Jesús a los doce. Se dirige a Tomás y le dice acerca tu dedo y comprueba mis manos, acerca tu mano y métela en mi costado. Tomás se alegra. Jesús le dice has creído porque has visto. Dichosos los que han creído sin haber visto. Aquí el tema es con amor crees. Sin amor no crees. Blas Pascal escribió: “El corazón tiene razones que la razón desconoce”.
Poco después Jesús se apareció a sus discípulos junto al mar de Galilea. Les invitó a pescar. Al volver a tierra, vieron unas brasas con peces colocados sobre ellas y pan. Jesús les dice vengan a comer algo. Aquí el tema es la comida fraternal, la conversación durante la comida, fuente de gozo y de sabiduría. Sin amor, ayuna el corazón.
Después de comer, Jesús preguntó a Pedro si le amaba más que los otros compañeros. Pedro le responde: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Tres veces le preguntó lo mismo, y Pedro se puso triste. Tres veces le había negado Pedro en la madrugada del viernes santo antes de que cantara el gallo. Jesús le dice apacienta mis ovejas. Aquí el tema es el amor perdona.
El amor convierte la debilidad en fuerza. Solo el amor vuelve al poder público y al poder criado un servicio de humildad y cortesía.
El evangelio de Lucas narra la depresión y el desencanto de dos discípulos que huían de Jerusalén convencidos de que todo había sido un fracaso. Jesús se les junta en el camino sin hacerse conocer, les instruye, les devuelve la fe, el calor, la fortaleza. Aquí el tema es con el amor de otros, la depresión se convierte en luz gozosa.
No hemos visto a Jesús, pero vemos al prójimo. Si nos reunimos con amor para hacer el bien, sentiremos que la unión hace la fuerza y que sin amor ni fuerza, no hay democracia. Ecuador está en la cuerda floja. La ciudadanía resucitará al país.
Más amor y menos quejas. Más amor humilde y servicial, más amor y más verdad y más cortesía es una fuerza de cambio. Sin estos valores y actitudes, nadie nos salvará ni siquiera el mismo Fondo Monetario Internacional.