Nos rasgamos las vestiduras porque un candidato de ultraderecha en Brasil ganó las elecciones; sin embargo, nos preocupamos menos de cómo será integrado nuestro TSE. Gracias a la prensa y el periodismo de investigación, pasamos con asombrosa celeridad de noticia en noticia ahora que no se tiene la mordaza de la Secom.
Atrás quedaron los Panamá Papers ;el sobreprecio de la refinería de Esmeraldas; el costoso lote vacío de la Refinería del Pacífico; las varias denuncias de los sobreprecios en centrales hidroeléctricas inconclusas; Coca Codo con fisuras en tuberías; sobreprecios en carreteras, edificios de la judicatura entre muchos otros; viajes de los aviones presidenciales en la década pasada, ( la vice actual sigue la tradición correísta). Los casos citados no son los únicos que causaron grandes perjuicios al Estado.
A parte de esto hubo en la década pasada casos que avergüenzan por inacción oportuna en la justicia como los casos del asesinato del General Gabela y el secuestro de Balda. De qué nos ha servido las investigaciones serias de los medios; todo queda como simple alharaca. Nuestro Ecuador sigue esperando un giro de timón para por lo menos frenar la corrupción y recaudar lo robado.