El tabloide británico The Sunday Times le hizo inclusive una entrevista a la investigadora. Pero al publicar la nota, lo hicieron con el siguiente titular: “Los científicos celebran con la posibilidad de encontrar un ‘elixir’ en la sangre joven”. Foto: Captura
No es ningún secreto: cuando se trata de ciencia, a la mayoría de medios de comunicación les gusta que las noticias que se publican sean sabrosas para el lector; que tengan elementos insólitos o datos curiosos para poder atrapar más audiencia. Pero hay ocasiones en que este afán termina saliéndose de control y se puede llegar a una malinterpretación de tal magnitud que todo el sentido de la noticia cambia por completo.
Es lo que le ocurrió a Linda Partridge, una genetista del Instituto Max Planck, después de publicar en la revista Nature un artículo académico que recopila varios estudios previos sobre experimentación con algunas técnicas anti-envejecimiento. Se trata de una revisión de metodologías de estudio en otras publicaciones anteriores, algo muy común en el mundo académico.
Pero la cobertura que Partridge recibió sobre su publicación no fue la que ella esperaba. El tabloide británico The Sunday Times le hizo inclusive una entrevista a la investigadora. Pero al publicar la nota, lo hicieron con el siguiente titular: “Los científicos celebran con la posibilidad de encontrar un ‘elixir‘ en la sangre joven”. Como foto de acompañamiento, aparece un vampiro con sangre entre los colmillos.
Después, el New York Post, otro tabloide pero estadounidense, recogió la entrevista que Partridge dio al Sunday Times y tituló: “La sangre joven podría ser el secreto para la buena salud a largo plazo, asegura un estudio”. Y el primer párrafo reza: “Tomar la sangre de gente joven podría ayudarte a vivir más tiempo y prevenir enfermedades relacionadas con la edad”.
Pero, en realidad, el estudio original no dice nada de eso. Según la revista especializada en tecnología Motherboard, en un intercambio de e-mails con sus pares académicos, la autora de la publicación aseguró estar “furiosa” por la interpretación errónea que se le había dado en los medios. Y aseguró que quería que la gente se enterara de los verdaderos resultados de su investigación.
Entre los estudios citados en el texto académico, se encuentran estudios clínicos de intervenciones para mejorar la salud de las personas que están envejeciendo. Entre otros, se hallan estudios sobre el ejercicio físico, así como aristas sobre obesidad, entre otros.
Pero lo que llamó la atención de los tabloides fue un capítulo del texto en que se mencionan algunas técnicas probadas en ratones. Una de ellas fue un experimento en que los científicos hicieron transfusiones de cordones umbilicales humanos a ratones viejos.
Aunque la mayoría de genes humanos son almacenados en el núcleo de la célula, las mitocondrias también albergan algunos. Esto hace que se forme un pequeño genoma que se hereda de las madres. Mediante esta investigación, los científicos pudieron observar que algunas variaciones de este ADN mitocondrial, junto con el genoma del núcleo, pueden ayudarte a envejecer de manera sana. Cuando esta publicación salió a la luz en 2016, EL COMERCIO lo reportó.
El artículo de revisión académica sostiene que este estudio “sugiere que podría haber conservación evolucionaria en las moléculas efectoras (células nerviosas que ejecutan respuestas ante estímulos) entre ratones y humanos”. Pero la publicación no dice nada sobre hábitos vampirescos.