Desde hace dos años cambié de lugar de trabajo. Antes trabajaba cerca de mi casa, en Chillogallo, en el sur. La clínica donde soy empleada se cambió a Cumbayá.
Me compré un auto y todas las mañanas me traslado desde Chillogallo hasta la av. Interoceánica y Diego de Robles. Hasta antes del derrumbe ocurrido en la avenida Simón Bolívar, me demoraba 45 minutos desde mi casa al trabajo. Con la apertura de un solo carril me demoro alrededor de una hora y 15minutos.
Muy rara vez circulo por las calles del centro o las avenidas del norte. Mi carro lo utilizo solo para ir a mi trabajo. Si hubiera un buen sistema de transporte, lo dejaría en la casa.
De lunes a viernes, el tránsito es muy complicado en la ciudad. No solo en horas pico, la congestión es evidente a toda hora. A eso hay que sumarle el mal estado de las vías y los semáforos no sincronizados de la Maldonado.
El viernes que tengo pico y placa opté por dejar mi carro en la casa. Llegar a Cumbayá desde el sur es casi imposible en bus. Las personas se aglomeran en el sector del Caballito para subirse a una buseta.
Ese día llego a mi trabajo a las 08:30. Yo entro a las 08:00 y salgo de mi casa a las 06:45. La verdad es que movilizarse en transporte público es toda una odisea. El servicio no incentiva a no utilizar el auto privado. Es lamentable que por esa razón nos veamos forzados a utilizar nuestros carros todos los días.
[[OBJECT]]Datos
Carolina Cando
Su experiencia. Es enfermera de la clínica Bolívar. Por la complicación de transportarse en bus desde el sur de la ciudad hasta Cumbayá, prefiere utilizar su vehículo todos los días.