El pasado domingo 22 de abril de 2018, el joven fue víctima del ataque de un tiburón, según reportó la cadena de televisión CBS. Foto: Instagram / @dmcw1998
El estadounidense Dylan McWilliams, de apenas 20 años, es un amante de la aventura y los paisajes naturales. Sin embargo, con los animales que habitan estas zonas no ha tenido, hasta ahora, muy buena suerte.
En 2017, mientras acampaba en el distrito de Boulder, en su estado natal Colorado, el joven sufrió el ataque de un oso negro de 140 kilogramos. Después de luchar con el animal durante unos segundos, pudo liberarse y el grupo que lo acompañaba logró espantarlo.
El pasado domingo 22 de abril de 2018, este mismo joven fue víctima del ataque de un tiburón, según reportó la cadena de televisión CBS. El hecho ocurrió en la isla de Kauiai (en Hawai), mientras realizaba practicaba deportes acuáticos.
“Al comienzo me entró el pánico”, aseguró McWilliams al diario local hawaiano Honolulu Star-Advertiser. “No sabía si había perdido mi pierna”. El deportista aseguró que el tiburón tigre que lo atacó medía entre 1,8 y 2,4 metros.
Sin embargo, logró zafarse de la dentadura del tiburón después de una patada que logró propinarle. Así, después de que el animal lo soltó, McWilliams logró nadar hasta la orilla. Cuando llegó, notó que su pierna estaba sangrando de manera abundante y fue directo al hospital.
En cuanto a la experiencia con el oso en las montañas de Colorado, el joven contó que “me agarró desde la parte de atrás de mi cabeza y comenzó a jalarme. Me soltó y se paró encima de mí por unos segundos. Logré regresar con mi grupo, quienes lo asustaron hasta que se fuera”.
Pero esas no han sido las únicas experiencias que ha tenido con animales mortales. En una excursión de escalada en el estado de Utah, fue mordido por una serpiente de cascabel. Eso ocurrió cuando tenía 17 años. “Caminaba por un sendero y pensé que había pateado un cactus, pero después vi a una serpiente en posición de defensa.
McWilliams decidió no ir al hospital porque pensó que la mordida había sido en seco. Sin embargo, en los días siguientes sufrió malestar, por lo cual dedujo que sí había recibido algo del veneno de la serpiente.
A pesar de sus pésimas experiencias con animales salvajes, McWilliams no les guarda ningún rencor. “Siempre he amado a los animales y he gastado todo el tiempo que he podido con ellos”, le dijo el joven a BBC. “No culpo al tiburón, ni al oso ni a la serpiente” de lo ocurrido.