La Consulta Popular se viene como un hecho inevitable y una salida política para destrabar una situación compleja.
El presidente de la República convocará al ejercicio democrático a principios de octubre.
Hoy concluye la primera fase que es la de presentación de preguntas y temas que eligió el Presidente como camino para pulsar las inquietudes ciudadanas.
Es así como diversos colectivos sociales y distintos grupos políticos de la más variada composición ideológica se van sumando a la iniciativa presidencial a fin de que sus inquietudes trasluzcan en reformas que pongan fin al presente estado de cosas.
Mientras las preguntas llegan y se decantan en grandes temas, un equipo conformado para el propósito en la Presidencia organiza la variada temática. La idea es que todo el contenido llegue hasta el despacho presidencial.
Hay que hacer algunas precisiones. No se puede formular un cuestionario con cientos o decenas de preguntas. Esa opción bloquearía el ejercicio de la voluntad popular. En esa sensibilidad los distintos grupos ciudadanos y políticos que hayan entregado sus inquietudes habrán de comprender la dificultad de plasmar sus deseos o anhelos legítimos en realidad y que todo aquello vaya en una sola papeleta.
En ese sentido, Lenín Moreno debe captar los puntos esenciales que exigen un cambio para depurar el ejercicio de la política hacia una democracia abierta y transparente. Tal, el gran reto.