Contra todo pronóstico,el No se impuso al Sí en las urnas y el acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC, en las condiciones planteadas, quedará desecho.Las encuestas resultaron erradas -una vez más- y dejaron traslucir que, o bien fallan los instrumentos o bien la gente oculta su voto.
La incertidumbre ante el resultado y el futuro siembran de sombras el futuro inmediato de Colombia. El escenario más extremo sería que el grupo narcoterrorista vuelva a la clandestinidad y retorne a la montaña. La guerra de 52 años pudiera reanudarse.
Por lo pronto, El líder de las FARC, alias ‘Timochenko’, se compromete a seguir el diálogo. Y el presidente Juan Manuel Santos aceptó el resultado, anunció un diálogo político y prometió seguir luchando por la paz. El cese al fuego bilateral se mantendrá.
En lo político, este triunfo del No infringe una inesperada derrota política al Gobierno, que negoció durante cuatro años en La Habana. El expresidente Álvaro Uribe Vélez apoyó el No y sus tesis se impusieron. Francisco Santos, quien fue su vicepresidente, saludó el resultado y dijo que la paz se debe seguir negociando. ¿Se puede repensar un diálogo de paz en estas circunstancias? Es pronto para saberlo.
Colombia deberá emplear gigantes recursos en nuevos intentos que no prometen un final inmediato. Santos ha hecho una convocatoria a todos los sectores, incluido el que promovió el No, y habrá que esperar los resultados.