Se acercan las elecciones. El proceso electoral arrancará con la convocatoria oficial del ConsejoNacional Electoral (CNE). La fase siguiente es la presentación de candidatos y la validación de sus inscripciones en el máximo organismo del sufragio.
El CNE obtuvo una certificación de calidad de los procesos previos, lo cual es un paso positivo, pero no el único, para garantizar elecciones limpias y pureza en el resultado, para que así se cumpla sin mácula la voluntad popular.
El tema no es solo observar la tramitología, aprobar movimientos y partidos sino, por ejemplo, tener un padrón depurado, sin muertos en las listas y con direcciones precisas de todos los ciudadanos habilitados para votar.
El ‘blindaje’ de los resultados, cuyo costo se estima será mayor a USD 5 millones, plantea un debate sobre aspectos técnicos y sobre su precio, pero por ahora cabe exigir que se cumpla sin resquicio de sospecha el respeto irrestricto del voto ciudadano.
Lo que más preocupa es que la campaña sea limpia. Con planes y programas y con menos demagógica. Que todos los candidatos sin excepción tengan ocasión similar de contar con espacios para exponer sus ideas y propuestas y que la propaganda oficial cese para evitar el beneficio directo o indirecto de los candidatos oficiales.
Una vez cerradas las dudas de una posible candidatura de Rafael Correa, el Presidente debiera abstenerse de cualquier participación en el proceso electoral que distorsione el resultado.