Eloy Palacio es el autor del análisis estético de proporciones de la cerámica aborigen de la costa. Foto: Mario Faustos/El Comercio
Antes de que la noción de Geometría, tal como la conocemos ahora (con su complejidad sistémica), llegara a América con el arribo de los españoles, cientos de años antes un peculiar conocimiento abstracto de las formas puras ya operaba en la mente de los antiguos pobladores de la Costa ecuatoriana.
La cerámica precolombina de culturas como Valdivia, Chorrera y Machalilla contiene información compleja en términos matemáticos, según se desprende del análisis del proyecto Norton. Un estudio estético y de proporciones sobre la colección Norton–Pérez.
Un equipo multidisciplinario liderado por el arquitecto y diseñador Eloy Palacio analizó 40 piezas de la colección que hacen parte del Museo Presley Norton de Guayaquil. En particular volúmenes de revolución: platos, vasijas, cuencos, vasijas, ollas…
El estudio encargado por la Dirección Cultural Guayaquil, presentado en el 2009, fue recientemente actualizado con conclusiones y diagramas que exponen el análisis estético de una manera más didáctica, concebido como tema de conferencia.
Una de las figuras más interesantes del catálogo del Museo es la número 20 del estudio, una olla Machalilla II. compuesta por el ensamble de tres sólidos platónicos. Parte de una esfera en la base, de un cono en la parte intermedia, y un cilindro en el cuello.
La relación es armónica entre las partes, según la forma “significativa y proporcional” como se encadenan a escala una serie de rectángulos armónicos trazados sobre el contorno de la olla negra, hasta dotarla de equilibrio.
La metodología de análisis estético, que se alimenta de tradiciones que vienen desde Leonardo Da Vinci, en el Renacimiento, se basan –aunque con cierta modulación propia- en los trabajos del matemático George David Birkhoff y del artista Jay Hambidge, para estudios de las cerámicas chinas y griegas, respectivamente.
La gran pregunta es: ¿en qué nivel de desarrollo estaba el pensamiento matemático – geométrico de los antiguos pobladores de la Costa?”, se cuestiona Palacio.El proyecto solo ofrece pistas, unos atisbos, según subraya el investigador. Para demostrar la hipótesis se requieren de resultados estadísticos fiables de los patrones de variación con una muestra de piezas mucho más grande.
En un primer momento de la cerámica Valdivia (que se desarrolló entre el 3500 y el 1800 a. C. en la Costa del Ecuador) las formas no son perfectamente platónicas, pero se van aproximando cada vez más a la geometría euclidiana (clásica), apunta el autor, hijo del célebre escultor lojano Alfredo Palacio Moreno. En su evolución en el tiempo las figuras van refinando su tratamiento y se distancian de las formas que imitan la naturaleza. Hasta que tienen como paradigma figuras puras, abstractas, puramente matemáticas”, sostiene Palacio.
El tema plantea una serie de preguntas filosóficas, añade. ¿En qué medida estos patrones son innatos al hombre? ¿Por qué dejamos de imitar a la naturaleza y empezamos a imaginar un mundo posible que no tiene ninguna referencia con la realidad inmediata?
En términos estéticos la investigación concluye que la organización de la forma de las cerámicas responde a mucho más que a la solicitación funcional. Como decía Birkhoff, la sensación de belleza se deriva de la confluencia de dos vectores que se cruzan, nuestra necesidad de orden y de información. A mayor información en una forma dada, ella es susceptible de poseer menos orden. “La belleza sería un punto de equilibrio entre estas dos solicitaciones, que Birkhoff trató de calcular, proponiendo un cuantificador estético”.