Philip J. Fry, personaje de la serie Futurama que fue congelado criogénicamente. Foto: Captura de pantalla de la cuenta de YouTube: The Fan-made Channel
Que en unos años las personas muertas vuelvan a la vida podría ser una realidad. Y no, no estamos hablando de un apocalipsis zombie, sino de la criogenia, un proceso en el que se congela el cuerpo humano, y en algunos casos el cerebro, esperando el día en el que la tecnología avance y se pueda descongelar y revivir a estas personas.
El proceso criogénico ya se utiliza en algunos microorganismos, sobre todo en virus y bacterias, que se enfrían y descongelan para estudiarlos, pero también en órganos humanos. Desde el 2001 empresas especializadas en criogenia, como la estadounidense Alcor, han avanzado en el congelamiento de humanos.
Precisamente esta compañía se encargó de preservar el cerebro de Einz, la persona más joven en ser congelada criogénicamente, una niña tailandesa que murió cuando tenía 3 años de edad. La muerte clínica de Einz fue declarada el 8 de enero del 2015 y su cuerpo fue traslado a Texas, en donde funciona la empresa Alcor, ahí se trató y se conserva su cerebro congelado, es la cliente 134 de la compañía estadounidense.
Andrés Pazmiño, ingeniero en Biotecnología quiteño, asegura que se pueden criogenizar: células, tejidos y también microorganismos. En el caso de las células, sus funciones se quedan en pausa y no se detienen.
La criogenia no es un proceso complicado en microorganismos, asegura Pazmiño. Se utilizan ultra congeladores que enfrían los elementos a temperatura de nitrógeno líquido, alrededor de menos 196 grados centígrados.
En el cuerpo humano este proceso no es tan sencillo. Algunas células, al congelarse forman cristales de agua, que pueden romper las membranas celulares. Aunque la ciencia ha encontrado una solución para este problema y reemplaza el líquido de las células con productos químicos, que no se congelan.
Ahora, si se necesita congelar todo un cuerpo humano, se debe tratar a cada órgano con un proceso específico, afirma Ken Storey, de la Universidad Carleton de Ottawa en una entrevista de la BBC, ya que todos los órganos tienen funciones diferentes que deben ser congelados a temperaturas diferentes.
Pero no todo son malas noticias, aunque las empresas que prestan el servicio de congelamiento criogénico no ofrecen garantías, este proceso ha mostrado grandes avances desde 1967, año en el que se congeló criogénicamente por primera vez a una persona, el profesor James Bedford.
Por ahora, los cuerpos no se pueden congelar vivos, como en la serie Futurama en la que su personaje principal cae en un tubo de criogenia y despierta 1000 años después. El proceso, en la actualidad exige que los pacientes sean declarados con muerte clínica, esto porque sus órganos deben ser tratados con químicos que detienen su funcionamiento.