El video de la canción ‘Hello’ de la cantante Adele superó los 74 millones de visualizaciones en tres días. Foto: Captura
Si escuchaste Hello, el último single de Adele sabrás de lo que estamos hablando. Luego de tres años de ausencia, la cantante británica volvió con una canción estremecedora que tuvo un recibimiento bastante emotivo.
Más de uno confesó haber escuchado el tema repetidas veces con el mismo resultado: piel de gallina, llanto incontrolable, y una avalancha de recuerdos y memorias que –aparentemente- ya habíamos superado. Pero Adele piensa que todavía hay más lágrimas que soltar.
Hello rompió récords en las primeras 24 horas de su lanzamiento. El videoclip fue el más visto durante las primeras 50 horas en VEVO. Y en apenas tres días sobrepasó los 74 millones de visualizaciones. Seguramente no será el único hito que conseguirá. Ya se rumorea que la canción vendió 400 000 unidades en un día y se espera que supere las 623 000 copias en Estados Unidos en los primeros siete días.
Una cadena de corazones rotos se encargó de posicionar la canción entre las más escuchadas del mes. Adele seguro tiene una fórmula para el éxito y nosotros estamos tras la pista.
Para entender un poco más vale la pena adentrarse en el universo de la composición musical. Este tipo de canciones debe tener una fórmula para el éxito. Javier Baquero es profesor de armonía musical de la Universidad San Francisco de Quito. Él explica que hay varios factores que pueden influir en la sensación que te produce una canción. Una de las razones para sentir tristeza puede ser que la canción esté escrita en una tonalidad menor.
Este concepto se refiere a los acordes y la escala que se utilizan en la obra. Entonces, las tonalidades tristes utilizan ciertos modos, escalas y acordes, por lo general menores, que transmiten sensaciones diferentes a las tonalidades mayores que dan una sensación más alegre.
Otra de las características es que las canciones tristes por lo general tienen ritmos más lentos e intervalos cortos. Los intervalos corresponden a las distancias entre una nota y otra y mientras más cortos son las piezas musicales pueden generar una sensación de melancolía.
De la misma forma, las progresiones armónicas de la canción pueden tener este fin. Para entenderlas se las puede comparar con fórmulas. La idea es que al combinar una serie de acordes de una forma determinada, da un mismo resultado o sensación.
Eso explica la canción pero no el por qué no podemos dejar de escucharla. Para la psicóloga clínica Lucía Guarco, del Centro Psicoterapéutico Ansuz, la música tiene mucha relación con las emociones y puede actuar como un medio de catarsis para quienes se sienten deprimidos.
El sentirse deprimido, explica, tiene que ver con haber perdido a una persona, un ideal de vida, una pareja, un familiar o simplemente algo importante para uno mismo. Al escuchar canciones tristes lo que ocurre es un proceso de elaboración en torno a ese dolor insoportable.
Es decir, trata de darle un sentido diferente a esa emoción que siente. Al principio puede pensarse simplemente en que perdió a alguien y luego, al escuchar música triste, puede pensarse en las características positivas que tenía esa pareja.
Además, al permitir que los sentimientos que estaban guardados salgan a la luz, el cuerpo experimenta una sensación de bienestar. También tiene que ver con la empatía pues las personas pueden sentirse comprendidos e identificados, lo cual les genera tranquilidad.
Así que en definitiva, si quieren escuchar la canción en modo ‘repetir’ pueden hacerlo sin sentirse culpables. Nosotros estaremos aquí haciendo lo mismo.
Video: YouTube, cuenta: AdeleVEVO.