La sociedad está preocupada por la calentura del debate. Es obvio: tras días de intenso muñequeo alrededor de las protestas y sus implicaciones, se pueden perder de vista otros temas de fondo.
Es verdad que la intensidad de los discursos y las marchas y contramarchas son parte sustancial de la lógica política actual, pero los factores que expresan mejor los problemas de hoy -y, sobre todo, los que pudieran venir- están en el comportamiento de la economía.
La caída sostenida de los precios del petróleo, el recorte del Presupuesto, los nuevos préstamos para lograr recursos, los esfuerzos por contener el déficit de la balanza comercial y la disminución de las importaciones, muestran una foto distinta a la que exhibirán las partes en conflicto después de este jueves.
Más allá de las ventas petroleras, que siguen sufriendo impactos, están las exportaciones no petroleras que en números grandes también muestran una disminución, debido a la contracción de los mercados y a la falta de competitividad por efecto de un dólar fuerte.
La noticia de EL COMERCIO de ayer es explícita. El primer semestre del 2015 las exportaciones ecuatorianas cayeron en un 26,82% en relación a igual período del 2014. Otros productos ecuatorianos de exportación son el banano, el camarón, el atún, el cacao, el café y la madera. Las flores, que han significado un rubro importante, esperan los cierres de año.
Hay una agenda económica difícil a la cual es necesario dar toda la prioridad. Ecuador debe estar en alerta.