El entrevistado es una autoridad en materia educativa. Ingeniero Eléctrico de profesión, dedicó su vida a la educación y a la alta dirección de empresas. Ha sido rector del colegio Intisana, presidente de los Establecimientos Particulares Laicos (Fedepal) y del Comité de Planteles Experimentales Autónomos (Copea). Troya Mena se pronuncia sobre la educación nacional.
…
¿Cómo percibe usted los cambios en la educación del Ecuador, en los últimos ocho años?
Los cambios en general son positivos, pero habría que distinguir varias entidades interrelacionadas: Estado, padres de familia, profesores y estudiantes. En cuanto al Estado se nota una buena intención de mejorar la educación en sus diversos niveles; por ejemplo, con la creación de las escuelas del milenio o la Universidad de Investigación Yachay.
En cuanto a los padres de familia, cabe destacar que se ven favorecidos por el establecimiento de una educación gratuita en la educación pública. En cuanto a los profesores es evidente que se está exigiendo una mejor capacitación y eso es muy bueno. En relación a los verdaderos protagonistas de la educación, que son los estudiantes, se mejora en la personalización de la educación, a través del trato y del conocimiento personal de los alumnos por medio de tutorías, preceptorías, etc. Al conocer bien a los estudiantes, en sus aspectos positivos y negativos, es posible que cada uno dé lo mejor de sí para su preparación cultural, científica y profesional.
¿Qué reforma especial le llama la atención y por qué?
La interculturalidad porque implica una atención especial a los sectores de la población que han estado marginados, y que sin embargo pueden aportar al enriquecimiento cultural de nuestro país.
¿Está de acuerdo o no con el Plan Familia Ecuador que postula la Presidencia de la República?
Estoy totalmente de acuerdo. Está en la misma naturaleza humana la necesidad de formar una familia, uno de cuyos principales fines es la educación de los hijos. En realidad el Estado debe realizar una labor subsidiaria y de ayuda a los padres para el cumplimiento de este noble fin por medio de los establecimientos educativos. Pero la educación de los hijos está principalmente en manos de los padres y no del Estado.
¿La reforma del currículo del Bachillerato Unificado es compatible con las necesidades de los jóvenes de hoy?
Me parece que sí, pero todo depende de la formación y capacitación de los maestros y de la orientación profesional que requieren los alumnos, según sus aptitudes y posibilidades, para labrarse con éxito su futuro profesional, puesto que en la generalidad de los casos, a la edad de 17 o 18 años deben ya vislumbrar la carrera que van a seguir en la universidad y eso está previsto en el currículo. Sin embargo, debe enfatizarse en el aprendizaje de idiomas y en la enseñanza de valores éticos y morales.
¿Qué prioridades establecería usted para la educación en los próximos años?
La máxima prioridad es la formación profesional y capacitación docente que debe ser continua y de gran calidad, porque el profesor tiene la obligación de enseñar la verdad de las cosas y a practicar el bien. Los alumnos tienen la obligación de aprender lo que se les enseña y actuar siempre de acuerdo a la moral y a la ética. Hay un aforismo que dice: “nadie da lo que no tiene”, y por eso la ignorancia es uno de los más grandes males que padece la sociedad. Hay que combatirla, y debe empezarse por los maestros.
¿Es posible plantear un nuevo Plan Decenal de Educación 2016-2025?
Lo mejor es no plantear nada nuevo sino acomodar a la continua realidad de la vida ordinaria, con sus avances científicos y tecnológicos, lo que ya está planteado de antemano. Lo que sí es importante es comparar el Plan con lo que hacen los países más exitosos, para incluir las tendencias más avanzadas, pero ajustadas a la realidad mental, cultural, económica y social de nuestro medio. No creo que se trate de cambiar por cambiar, sino de mejorar lo que ya se tiene.
¿Cuáles serían sus ejes fundamentales?
El eje más importante, según mi punto de vista, como ya he observado, está en relación a la capacitación y profesionalización de los maestros. Otro eje es motivar y capacitar a los padres de familia para que faciliten un ambiente adecuado para el estudio y el aprendizaje de sus hijos en sus hogares. En este último caso, los maestros deben enseñar a estudiar a los alumnos para que “aprendan a aprender”, porque a veces se da por supuesto que, porque el alumno tiene tal edad cronológica, debe tener también tal edad mental correspondiente a las estadísticas y a veces no ocurre tal cosa. Por eso es importante conocer muy bien la “materia prima” que tiene un maestro en sus manos que son sus alumnos, y sacar todo el máximo provecho que se pueda de cada uno de ellos.
¿Qué estrategias plantea usted para la educación inicial y continua de los docentes del Ecuador?
Incentivar y motivar hacia una mayor y mejor capacitación docente, facilitando cursos de actualización, maestrías, doctorados, etc. que podrían ser financiados por el Estado, según el gran avance tecnológico que tiene el mundo entero en nuestros días. Además es importante saber lo que están haciendo en otros países exitosos, porque no hay duda que se vive una auténtica globalización de la enseñanza; por ejemplo, la Internet ha revolucionado la capacidad de comunicación, consulta e investigación.
¿Qué puntos positivos y negativos ve usted en la Ley Orgánica de Educación vigente?
Hay muchos puntos positivos, como la creación de centros infantiles de educación, el apoyo al Bachillerato Internacional, la obligación de una mayor capacitación de los maestros, el Bachillerato Unificado, etc. Pero como algo mejorable, según mi punto de vista, es dejar en libertad a los padres de familia para que puedan escoger para sus hijos e hijas, también planteles educativos de educación diferenciada (no mixtos). También hace falta una mayor formación de la voluntad en valores, en virtudes y en aspectos cívicos, éticos y morales de la vida, que son quizá más importantes que los mismos valores intelectuales. Otro aspecto que puede ser negativo es el excesivo proteccionismo de las leyes respecto de los niños y de los jóvenes que se educan, pues eso conlleva problemas de disciplina que son difíciles de controlar.