El avance de la tecnología y la sociedad hiperconectada también tienen su lado negativo.En el país existen ya 49 peritos acreditados por el Consejo Nacional de la Judicatura para enfrentar los crecientes delitos informáticos.
Cuanto más aumentan las posibilidades de interconexión, mayor es el riesgo de vulnerabilidad de los datos que las personas creen individuales y privados.
Los episodios de Wikileaks o el caso Snowden revelaron ante la faz del mundo que nada está blindado para los servicios secretos y que los Estados muchas veces espían o se inmiscuyen en la vida privada de la gente con fines no santos.
Asimismo, las cibermafias operan. Se introducen como virus ocultos en las computadoras personales, tabletas y teléfonos inteligentes. Rastrean claves y contraseñas ‘secretas’ y las liberan, encuentran datos, directorios telefónicos, fotos privadas y hasta las cuentas bancarias y las manipulan.
Así se han descubierto grandes estafas, millonarios desfalcos en todo el planeta y hasta temas como la reciente denuncia de pornografía infantil en el país, detectada por expertos que llegaron a esta mafia siguiendo la pista de la huella informática que dejan a cada paso tanto personas como instituciones.
La Judicatura enfrenta el problema y presta su contingente para descubrir a las cibermafias, tratantes de personas y otros ilícitos. Eso es saludable. El usuario también debe informarse y evitar ser víctima en la medida de lo posible, pues la privacidad no está ya a salvo.