El Uruguay decidió el domingo último apoyar con su voto a Tabaré Vázquez, quien ya fue jefe de Estado antes del presidente en funciones, José Mujica.
Vázquez es un médico en ejercicio que llevó la Presidencia de Uruguay sin estridencias y concluyó su período con buena imagen, tanto que retorna al poder por voto popular.
Cabe decir que la coalición de izquierda que lo sustenta es la misma del Presidente saliente. Sin embargo, ambos pertenecen a distintas facciones y mantienen visiones diferentes; sus discrepancias fueron ventiladas públicamente sin llegar a un rompimiento.
Con la elección del presidente Vázquez sucede lo que no ocurría desde hacía 60 años en la República Oriental del Uruguay: que una misma fuerza política se mantenga al frente del Gobierno durante tres periodos consecutivos.
Vázquez tiene una imagen distinta que la del campechano y bonachón presidente José Mujica. Sin embargo, habrá de sostener algunas de las reformas audaces y desenfadadas que Mujica impulsó, como la legalización del consumo de la marihuana, por ejemplo.
Vázquez llega en un entorno internacional cambiante. Venezuela no es la misma sin Chávez y con el petróleo a la baja. El segundo periodo de Dilma Rousseff será diferente y las ideas se debaten en distintos y variopintos tonos.
Con base en su talante, se espera que el presidente Vázquez conduzca al Uruguay por la senda del progreso y en tranquila convivencia con sus vecinos.