El exbanquero Guillermo Lasso, posible candidato a la Presidencia por segunda vez, permaneció en actividad esta semana en Quito y sus partidarios le reiteraron su apoyo, reconociendo sus aspectos positivos. Sus adversarios, a su vez, esbozaron sus críticas, que ya fueron puntos de ataque en las elecciones del 2013, cuando el postulante de Creo fue segundo, a buena distancia del vencedor Rafael Correa.
Faltan todavía tres años para la próxima votación presidencial, pero el tema está funcionando con anticipación por los trámites correspondientes a la reelección indefinida, que virtualmente están ya en marcha, aunque se aplicarán solamente en el 2017. Lasso salió al aire bregando por una consulta popular que sea planteada a los ciudadanos con dos temas: no a la reelección indefinida y sí a la dolarización.
A estas alturas, los dos posibles candidatos a la Presidencia son los mismos que llegaron primero y segundo en el 2013, Correa y Lasso. Por supuesto, Lasso enfiló sus críticas al Presidente que se perfila para la reelección, aceptando que tiene aspectos positivos, pero destacando que intenta romper los plazos democráticos y para ello ha ido asumiendo todos los poderes. Además, dijo, Correa ha sido variable a lo largo de sus siete y más años. Por eso, entre otras cosas, conviene que funcione el voto popular, para acentuar la vigencia de la dolarización, pues nada garantiza el respaldo invariable del Gobierno en un tema tan importante para el Ecuador. El sector oficial, mientras tanto, mantiene su tesis favorable a que la reelección indefinida se proclame gracias a una enmienda aprobada por los 100 y más votos aliancistas en la Asamblea.
Entre estas y las otras, el ‘exbanquero del barrio’ sigue en la actividad política que asumió -¿lamentablemente?- de 1998 al 2003, luego de que le fue bien en varias funciones empresariales y muy bien en la presidencia del Banco de Guayaquil. En ese quinquenio fue gobernador del Guayas y superministro de economía del presidente Jamil Mahuad. Cuando se lanzó a la candidatura presidencial le dijeron que tuvo su culpa en el feriado bancario, aunque el respondió que solo estuvo 37 días como Superministro de Economía y no durante el feriado. Con Lucio fue Embajador itinerante y, como tal, acompañó al gobernante ecuatoriano en la visita al presidente Bush, cuando Gutiérrez le dijo que era el mejor amigo y “el más mejor aliado” de EE.UU., o algo por el estilo. Ambos momentos han determinado duros ataques al ex banquero, especialmente desde los lares del correísmo.
La presencia de Lasso en Quito aparece como una ratificación de sus aspiraciones presidenciales, siempre con el respaldo del movimiento Creo y de varios sectores, especialmente de centroderecha y de derecha. Ya se entregó a la causa con entusiasmo en el 2013 y abre algunos interrogantes respecto del futuro electoral con miras al 2017. ¿Se confirmará una nueva reelección presidencial? ¿En ese caso, se piensa en un opositor único o Lasso será uno de los rivales? El panorama todavía está incierto pero el exbanquero está listo.