Los programas de recolocación de trabajadores, una vez que han sido despedidos de su lugar de trabajo por diferentes causas, son cada vez más comunes.
Esta práctica, denominada ‘outplacement’, va tomando fuerza en el país. Consiste en dar capacitaciones a los colaboradores para que puedan reinsertarse en el mercado laboral de forma más rápida en otra plaza.
Según los expertos, se trata de un beneficio de los empleadores en reconocimiento a su capital humano.
Paulina Cobo, Country Head de Cornerstone Ecuador, explica que este programa está enfocado en ayudar de forma estratégica a las personas para que puedan ingresar a un empleo adecuado y que vaya conforme a sus aspiraciones profesionales y económicas.
En el mercado se puede encontrar una amplia gama de servicios de ‘outplacement’. Se adaptan a las necesidades de cada persona y se pueden clasificar en individuales y colectivos. Cada uno cuenta con una duración mínima de entre cuatro y seis meses.
Este servicio de ‘outplacement’ contempla diferentes etapas.
La primera está enfocada en brindar soporte emocional al colaborador luego del despido. Proceso que incluye el apoyo con un programa de recolocación o el asesoramiento para emprender un negocio.
Luego de la contención emocional se inicia la fase de desarrollo. Comprende una evaluación de sus fortalezas, identificación de sus oportunidades de mejora y valores agregados que aporten al recolocamiento.
En la siguiente etapa se trabaja en el ‘networking’ del colaborador. A través de herramientas como el manejo de las redes sociales, la construcción de identidad digital y desarrollo de marca personal.
Adicionalmente, se implementan entrevistas por competencias con su respectiva retroalimentación, a fin de que mejoren su desenvolvimiento.
Después se entrega una lista de posibles empleadores a escala nacional o regional para que puedan hacer el acercamiento y circulen su hoja de vida.
Finalmente, se da acompañamiento en la contratación del colaborador y en el proceso de adaptación durante los primeros meses.
Según Cobo, la idea de este servicio de ‘outplacement’ es apoyar al colaborador en todo el ciclo. No solo en su ingreso y su permanencia en la empresa, sino también en su salida. Añade que esta es una forma de reconocer al trabajador por su desempeño en la empresa y constituye una buena práctica que contribuye al posicionamiento de una organización.
Este tipo de prácticas, que son ya comunes en otros países como España, transmite un mensaje institucional “muy fuerte”. Sobre todo en seguridad y bienestar laboral, a los colaboradores que se quedan en la empresa.
En ese país, por ejemplo, la legislación establece que en caso de que el despido afecte a 50 personas o más, la empresa está obligada a contratar un programa de recolocación para proteger a sus excolaboradores.
Se puede contratar el programa aún con un trabajo
Los trabajadores que aún cuentan con un empleo fijo en el que no se sienten satisfechos también pueden acceder a este servicio. En los talleres reciben capacitación que les permitirá ampliar su búsqueda de empleo, no solo en el país sino a escala regional y mejorar sus condiciones salariales.
A decir de Cobo, estos programas están divididos en niveles jerárquicos. Por ejemplo, para reinsertar a una persona en una jefatura, la empresa que ofrece el servicio se tarda 3,5 meses y para gerencias de primera línea el histórico de recolocación es seis meses. Mientras que para quienes no tienen personas a cargo, la recolocación puede tomar 2,5 meses.
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