La venta de animales es una actividad ilegal que se populariza en la ciudad en las semanas previas a la Navidad. Grupos animalistas y entidades municipales se alistan para ejercer mejores controles ante esta actividad comercial en Quito.
Tras siete años de vigencia de la Ordenanza 048, que regula la tenencia, protección y control de fauna urbana, todavía persisten problemas en el cuidado de los quiteños con sus animales de compañía.
La Ordenanza 048 marcó un antes y un después en la política pública de Quito en cuanto a la tenencia responsable, manejo y control de fauna urbana, aunque no fue la primera. En 2004 se aprobó la Ordenanza 128 que marcaba las pautas sobre cómo se debía mantener a los animales: vacunados, identificados y con collar y traílla.
En la urbe todavía no existe una estadística oficial sobre el número de perros y gatos callejeros. Cada día, la población aumenta y al momento se habla de 300 000 perros que deambulan por las calles del Distrito. Esto se traduce en problemas ambientales y de salud.
Un plan piloto se planea ejecutar con una de las dos manadas de perros que viven en el Parque Metropolitano. La primera, formada por unos 12 animales, está en el lugar desde hace más de 10 años. Personal de la Empresa Pública Metropolitana de Obras llegó a un acuerdo con ciudadanos que los alimentan a diario.