La Reserva Amagusa cuenta con 257 especies de aves, senderos, ríos y cascadas. Tiene además un área para acampar.
Al comienzo confundieron su canto con el susurro del viento, pero la ciencia se maravilló al descubrir que se trataba del contratenor de las aves: un colibrí con un sonido único que habita en los páramos de Ecuador. Video: AFP
Al comienzo confundieron su canto con el susurro del viento, pero la ciencia se maravilló al descubrir que se trataba del contratenor de las aves: un colibrí con un sonido único que habita en los páramos de Ecuador.
Escondido entre nubes que acarician una montaña en Quito, el bosque de la reserva Yanachocha protege al zamarrito pechinegro, una diminuta ave con plumas blancas que envuelven sus extremidades casi por completo a manera de un pantalón rústico (zamarro), del que hereda su nombre.
El colibrí Hill Star (Estrella de la colina) garganta azul fue declarado como nueva especie hace unos días, aunque había sido descubierto en 2017 por un equipo de ornitólogos ecuatorianos, liderado por Pancho Sornoza y Juan Freile.
La expansión de la agricultura y la destrucción de los páramos asociada a la quema están llevando al colibrí estrella de garganta azul a su extinción. Esta especie, que solo se encuentra en Ecuador, fue descubierta en el 2017 y ahora ya está catalogada “En Peligro Crítico”.
Los trabajos bajo el puente de la quebrada Jalupana, ubicado en un tramo de la E35, entre Tambillo y El Coibrí, iniciarán los primeros días de julio próximo.
Lograr captar una fotografía del único colibrí de los Andes que habita en el centro del país, hasta los 5 200 msnm, es un reto que requiere de mucha paciencia y también pulso.
Una nueva especie de colibrí fue descubierta en los páramos del suroccidente de Ecuador, en la frontera entre El Oro y Loja. Este hallazgo se produce 18 años después de la última descripción de un ave descubierta en el país y ya se encuentra clasificada como “en peligro crítico”.
En algunos mercados de Ciudad de México ha proliferado durante los últimos años una esotérica costumbre en torno a los colibríes: disecarlos para que formen parte de amuletos que, cuentan los locatarios, tienen el poder de atraer el amor.
Unos llamativos quindes llegaron a la avenida Eloy Alfaro, específicamente entre las calles Portete y Manuel Guzmán, en el norte de Quito. Se trata de un nuevo modelo de cruce peatonal que incluye imágenes de colibríes, una de las especies de aves emblemáticas de Quito.
Cuatro especies de colibríes (también conocidos como quindes) son visitantes frecuentes del Museo del Agua, en los altos de El Placer, en el centro de Quito. En el establecimiento se emprendió una nueva iniciativa para que los visitantes puedan conocer de cerca estas aves y sobre sus características.
En esta reserva privada, ubicada al noroccidente de Pichincha (Sierra de Ecuador), se han encontrado tres nuevas especies de anfibios, únicos en el mundo. También es el hogar de 300 tipos de aves.
Está tan cerca que si una persona extiende la mano, el colibrí se para sobre su dedo. El pequeño animal se queda como suspendido frente a los turistas. Se posa a unos 60 cm de ellos, sobre una rama, como diciendo ‘admiren mis colores extravagantes’. Se lo ve respirar agitado y su pecho tiembla. Voltea su cabeza de un lado a otro, mueve sus alas y desparece en dos segundos.