Supongo que el arroz verde se hace con albahaca, igual que un sabroso espagueti “al pesto”. Solo que la receta 502 del correísmo es vomitiva: abundantes porciones de dinero sucio hirviendo en calderos de coacción e hipocresía, hasta sumar 11,6 millones de dólares.
“Arroz verde” fue el nombre que la propia mafia palaciega dio a la operación, y así se lo manda “Laury” a la “doctora” en un correo electrónico del 6-02-2013 con la “Receta 0502”, un cuadro de Excel cuyo número no es más que la fecha del día anterior.
Por cierto, Pamela Martínez Loayza, doctora desde el 18-03-2012, es tan pero tan capaz que sacó una maestría un mes después de sacar otra (en Derechos Fundamentales y Justicia Constitucional el 14-10-2015 y en Derecho Civil y Procesal Civil el 16-11-2015), ambas en la Universidad de Guayaquil.
Los ecuatorianos ya sabíamos que el Gobierno de Correa extorsionó a los contratistas del Estado para obtener ingentes sumas de dinero.
El cohecho descubierto esta vez, y que la fiscalía deberá probar, fue para la campaña en que Correa y Glas ganaron en primera vuelta el 17-02-2013.
Los funcionarios públicos, empezando supuestamente por Jorge Glas, María de los Ángeles Duarte y Walter Solís, contactaron a las empresas y no descansaron hasta que estas estuvieran “cumpliendo”, sea con aportes en efectivo, sea cancelando facturas de gastos de campaña, incluidos al parecer los “servicios legales verdes” del afamado y ahora mudo Alexis Mera. Todos los aportes y gastos se llevaban con un sistema de códigos y contabilidad paralela donde se detallaba la aprobación de los capos.
El caso confirma mucho más: la megalomanía del jefe de esa banda, el convencimiento de la impunidad, la carencia de valores, la insensibilidad social, el chantaje, la discrecionalidad en el manejo de los recursos, la falta de honor, de patriotismo, de dignidad.
Pero el arroz tiene cocolón porque Christian Zurita y Fernando Villavicencio, autores del reportaje inicial en La Fuente y Milhojas, han sido acusados por el consejero presidencial Santiago Cuesta de haber mutilado la información, pues, habría “más personas involucradas” según documentos que entregó el lunes a la fiscalía. Dice, también, con desfachatez que asombra, que le han ofrecido vender nuevos documentos comprometedores para Correa y que los va a comprar “si le vuelven a contactar”. Cuesta, el policía malo del entorno presidencial, afirmó, además, en una entrevista la semana pasada, que los hermanos y el entorno de Fernando Villavicencio manejan entre 12 y 14 millones de dólares (una suma de la misma magnitud del nuevo escándalo correísta) en cuentas bancarias nacionales, cuyos números reveló, y que retó a Villavicencio a hacerlas abrir.
El financiamiento que recibe este periodista y activista debería transparentarse, pero eso no debe distraer de la persecución a los criminales del arroz verde.