Imagen referencial. En el mundo se ha popularizado este procedimiento para animales de compañía. Foto: Pixabay
Algunos problemas de comportamiento en los animales de compañía requieren ayuda profesional para solucionarlos. La medicina veterinaria ha desarrollado investigaciones para colaborar de forma clínica a tratar estos problemas de, según el doctor Stephane Meder, médico especialista en etología por el Instituto de Investigación y Etología Aplicada en Semioquímica, en Francia (Irsea, por sus siglas en francés).
La feromonoterapia es una solución que nace del estudio de la comunicación química entre los animales. Esta se define como “un canal por el cual un individuo puede enviar o recibir mensajes muy precisos, utilizando medios como el aire, agua y el suelo para difundir diferentes moléculas químicas”, según Alessandro Cozzi, del mismo centro de investigación y clínica para animales de compañía.
Estas sustancias tienen la habilidad de estimular receptores específicos en los animales y logran alterar o modificar “la fisiología o el comportamiento de un individuo”, comentó el especialista durante un congreso organizado en Quito por la empresa VetStudio. Dentro de la comunicación química existen dos familias: los olores y los semioquímicos. Estos últimos comprenden las feromonas.
Se han identificado algunos tipos de feromonas. Los gatos, por ejemplo, al rascar en alguna superficie dejan una huella química que los motiva a regresar. El marcaje con orina también tiene feromonas involucradas. En las hembras de varias especies hay la feromona del apaciguamiento que ayuda a relajar y calmar a los cachorros en sus primeras semanas de vida.
La feromonoterapia implica el uso de análogos sintéticos de estas sustancias naturales para lograr una mejora en el comportamiento de los animales. En casos donde las mascotas son muy hiperactivas, tienen un marcaje insistente y hacen destrozos en casa puede resultar útil este tratamiento, señala Cozzi.
Las feromonas ingresan al organismo a través de las fosas nasales. Llegan al órgano vomeronasal, donde son procesadas y enviadas al cerebro. Un estudio publicado en la revista científica Banfield analizó la efectividad de las feromonas en gatos que presentaban marcaje de orina. Los resultados mostraron que era efectivo y que, cuando se suspendía el uso, la conducta indeseada regresaba.
La feromonoterapia se puede conseguir en varias presentaciones. Aunque en el país no se comercializan directamente, las familias que han optado por estos productos los consiguen en línea. El collar DAP (Dog Appeasing Pheromone) se puede conseguir por USD 20. Los aerodifusores para gatos cuestan entre USD 22 y 24.
En el Ecuador este tipo de terapias comportamentales son bastante nuevas. En Guayaquil, la doctora María Fernanda Emén, médico veterinaria con un diplomado en etología clínica, lo probó en un paciente Husky con ansiedad. “Mejoró notablemente en cuestión de unos días. Dejó de vocalizar y empezó a socializar nuevamente con la familia”, indicó la doctora.