La ropa tiene una segunda vida con el reciclaje

En la Cafetina se hace periódicamente mercados de pulgas. Foto: Archivo EL COMERCIO

En la Cafetina se hace periódicamente mercados de pulgas. Foto: Archivo EL COMERCIO

Amigui es una empresa que compra ropa de segunda en buen estado y después la ofrece en sus tiendas en Quito. Foto: Patricio Terán / Chic!

Diciembre es la temporada de mayor consumo. Y antes de que empiece la época de los regalos, es recomendable hacer una limpieza de clóset para analizar qué será aún usado, qué se desechará y qué es necesario adquirir. La asesora de imagen Sthefanny Reyes da consejos para organizar el armario. Miralos aquí.

Los artículos que ya no serán usados, pueden ser gestionados de diferentes formas. La ropa en buen estado puede ser donada, y en esta temporada muchas fundaciones abren sus puertas para intermediar entre los donadores y quienes la necesitan.
Entre ellas, Fundación Reina de Quito, Fundación Dejemos Huellas y Cáritas.

Los artículos que han sido usados por un par de veces, principalmente los vestidos de fiesta, y los objetos que están en perfecto estado pueden ser vendidos. Los mercados de pulgas son una opción para exponer y vender productos para ser reutilizados.

En la Cafetina se hace periódicamente mercados de pulgas. Foto: Archivo EL COMERCIO

Otra alternativa para vender la ropa que está lista para reestrenarse es en Amigui. Esta es una tienda que compra prendas actuales y casuales. Los centros de acopio están en Cumbayá (ingreso de La Primavera 1) y en Quito (Eloy Alfaro y Gaspar de Villarroel). Los artículos que se dejen aquí deben estar limpios, sin manchas, huecos, entre otros.

Amigui recomienda llevar unos 30 artículos, al menos. Por ellos, el proveedor recibirá desde USD 0,05 hasta USD 15 por cada ítem, de acuerdo con sus cualidades. Gabriela Vásconez, representante de la firma, recomienda revisar los consejos en la página web de Amigui para sacar provecho de este intercambio. Estos artículos serán vendidos después en las tiendas de la marca en Quito (Calle Cordero, Centro Histórico, Tumbaco, Cotocollao y Solanda).

La ropa muy pequeña o muy grande, que ya no gusta o que no está a la moda también tiene otra oportunidad. Nathaly Puente, diseñadora de modas, creó su marca Tinta a inicios del 2017 basada en el ‘upciclying’, un concepto que se refiere a la transformación de los objetos reciclados.

La creativa adquiere jeans, chaquetas u otros de mercados de pulgas y los usa como materia prima para crear prendas nuevas y modernas. También trabaja de forma directa con sus clientes, quienes le llevan cosas que ya no usan para aprovechar esa tela.

“Dame una segunda oportunidad. Soy una prenda reciclada e intervenida”, se lee en las etiquetas de los productos de Tinta. Puente los vende a través de redes sociales y en la tienda Robot Rock (José Tamayo y Luis Cordero).

Estas son algunas de las alternativas que, en esta temporada, sirven para ralentizar los efectos de la industria de la moda, una de las más contaminantes. Así lo confirma la Organización Fashion Revolution, la cual señala que 150 billones de prendas salen de las fábricas a nivel global cada año. Y solo en los Estados Unidos se botan cerca de 14 millones de toneladas de ropa cada año, esto representa más de 36 kg por persona.

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