Grace Lou Phillips tenía 82 años. Dedicó toda su vida al campo de la estética y la belleza. Foto: Captura de pantalla.
Grace Lou Phillips despertó a las 05:00. Estaba feliz, entusiasmada por dar su voto, por primera vez, en las elecciones intermedias en el norte de Texas, Estados Unidos. Regresó a su hogar y desató la euforia contenida en sus 82 años. Levantó sus puños hacia el cielo y gritó “¡Ya voté!”. Ese jueves 1 de noviembre del 2018, su familia acompañó su alegría hasta que este lunes, 5 de noviembre del 2018, murió.
Según informa el periódico estadounidense The Washington Post, Phillips tenía neumonía y padecía sepsis. Esta patología que se genera cuando las sustancias químicas liberadas por el torrente sanguíneo para combatir una infección desencadenan una inflamación en todo el cuerpo, según el portal especializado MedlinePlus. Pero no eso no le impidió convencer al esposo de su hija, Jeff Griffith, para que le ayude a registrar su voto.
En los últimos dos años, poder votar se había convertido en un algo sumamente importante para la ‘abuelita’, comentó Griffith a The Washington Post. Ver la ascendencia de Donald Trump al gobierno de Estados Unidos la motivó, pues no estaba de acuerdo con la política de ‘cero tolerancia‘ del presidente con los migrantes. Por eso, afirma Griffith, quería expresar su sentir en las elecciones intermedias de su nación.
En un principio, Phillips, que dedicó toda su vida al campo de la estética, logró registrarse para dar su voto para el sufragio ‘temprano’ a las elecciones de medio mandato que se desarrolló el pasado 1 de noviembre. Pero la neumonía y la sepsis se agravaron en su organismo por lo que su familia decidió internarla. Aún así, ella siguió hablando sobre las elecciones. “Decía ‘¿En serio no hay manera de que pueda votar? ¿No permiten que la gente lo haga desde un hospital?’ De verdad era importante”, contó.
Cuando retornó a casa, siguió insistiendo. Así que ese mismo jueves, su familia la llevó -con la ayuda de un tanque de oxígeno portátil– hasta las urnas en una iglesia cercana.
“Las personas del centro de votación fueron amables. Fueron hasta su auto”, contó su nieta, Michelle Phillips a la cadena NBC5. Cuando culminó el sufragio, el personal de las urnas la despidió con una ola de aplausos.
Los ‘premios’ de su logro fueron un pequeño sticker que se le entrega a cada persona cuando firma su papeleta electoral y un diminuto pin.
Según afirma su nieta, Phillips les contó que nunca pudo votar por mutuo acuerdo con su esposo Bill, quien dedicó su vida al campo de la construcción. Siempre estuvo preocupado de que los llamaran para ser parte de la mesa de jurado de elecciones y eso podía afectar su rutina de trabajo diaria. Las elecciones no levantaron su interés sino hasta sus últimos años de vida.
Con voz débil, la mujer festejó con su familia. Se sentía orgullosa de si misma, dijo su yerno. Sin embargo, sus enfermedades agravaron en los días siguientes y su familia sabía que Phillips podía morir pronto. La acompañaron durante sus últimos tres días de vida y juntos la despidieron.
Tanto su yerno como su hija coinciden en algo: entre más de cuatro millones de personas, que también votan hoy (6 de noviembre del 2018) en Estados Unidos, la voz de su ‘abuelita’ será escuchada.