Para la creación de este holograma se usaron imágenes de la bailarina española Agnes López Río. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.
Los movimientos ondulantes de las olas del mar inspiraron a la bailarina estadounidense Isadora Duncan a dejar la rigidez del ballet clásico y explorar las posibilidades de movimiento que le brindaba su cuerpo despojado de las zapatillas, el tutú y el corsé.
Con los pies descalzos y vestida con una larga túnica, Duncan desafió los cánones de la danza, que hasta ese momento había ocupado un papel de acompañamiento de otras artes como la música o el teatro, para reivindicarla a través de un nuevo lenguaje.
Desde ese momento, inicios del siglo XX, Duncan se convirtió en uno de los referentes de la danza contemporánea. Junto a ella aparecieron otras mujeres que creyeron en la necesidad liberar al cuerpo femenino de las convenciones sociales, entre ellas Loïe Fuller, Joséphine Baker, Tórtola Valencia, Mary Wigman, Martha Graham y Doris Humphrey.
Estas mujeres son las protagonistas de ‘La Bailarina del futuro. De Isadora Duncan a Joséphine Baker’, la exposición que se exhibe desde mediados de julio en el Espacio Fundación Telefónica del Ecuador ubicado en el edificio Ekopark
En esta muestra, curada por María Santoyo y Miguel Ángel Delgado, se cuenta la historia de estas siete mujeres (cinco estadounidenses, una española y una alemana) a través de algunos objetos de colección del siglo XX y recursos tecnológicos como la realidad virtual, la realidad aumentada, el ‘mapping’ y un holograma.
Al igual que Duncan, Joséphine Baker fue una bailarina innovadora. A sus bailes, matizados por el mundo del charlestón y del jazz, les agregó dosis bien administradas de comicidad y sensualidad. Esa fórmula la llevó a triunfar en el mundo del baile pero también en la música y en el cine.
A criterio de Delgado, otra de las cosas que une a estas mujeres es que se convirtieron en un símbolo de la lucha por la equidad de género. “Son mujeres que tomaron el control de su vida, que escaparon de las convenciones y que inspiraron a las nuevas generaciones”.
Una de las bailarinas más rigurosas de esta pequeña tribu de pioneras es Martha Graham quien creó un método que se ha convertido en estudio de cajón para los bailarines contemporáneos y que está permeado por la idea de los arquetipos propuestos por Carl Jung. Uno de sus piezas más icónicas es ‘Deep Song’ inspirada en el Guernica de Pablo Picasso.
La única de las siete bailarinas de esta exposición que visitó el país es la española Tórtola Valencia quien se hizo famosa por la Danza de la Serpiente, un baile condimentado con movimientos orientales. Delgado recuerda que esta bailarina se presentó en varias oportunidades en escenarios de Guayaquil y que su última presentación internacional la realizó en esta ciudad en 1930.
Para el montaje de esta exhibición, los curadores contaron con el asesoramiento de Ibis Albizu, doctora en Filosofía y experta en teoría de la danza, y de la bailarina española Agnes López Río, cuya imagen es parte del holograma, quienes reafirmaron que otro de los méritos de estas bailarinas fue su decisión de arriesgarse y pensar mundos diferentes.
‘La Bailarina del Futuro’ estará abierta de martes a sábado, desde las 10:00, hasta el próximo 22 de septiembre. La entrada es de acceso libre.