‘El irlandés’ es protagonizada por Joe Pesci
Robert De Niro y Al Pacino. Foto: imdb
El 2019 quedará marcado en la historia del entretenimiento como el año en que el cine triunfó en la televisión por ‘streaming’. Uno de los datos que confirma esta aseveración es la nominación de tres filmes que se estrenaron en Netflix, a Mejor película de drama en los Globos de Oro 2020.
El estreno de ‘El irlandés’ de Martin Scorsese, ‘Historia de un matrimonio’ de Noah Baumbach y ‘Los dos papas’ de Fernando Meirelles, las tres cintas nominadas a los Globos de Oro, ha contribuido a incrementar el número de personas que ahora prefieren consumir novedades cinematográficas desde sus hogares o en salas de cine independiente.
La cinta de Scorsese, por ejemplo, tuvo su estreno mundial el pasado 27 de septiembre, en el Festival de Nueva York y luego solo se pudo ver durante unos días en 250 salas de Estados Unidos, una cifra pequeña si se la compara con las más de 4 000 salas en las que se proyectó el ‘Guasón’. En el país, la cinta se pudo ver, durante un par de semanas, en las salas del OchoyMedio.
El giro radical en la manera en el que las personas están consumiendo los estrenos cinematográficos se remonta al 2015, cuando Netflix estrenó ‘Beasts of no nation’ de Cary Joji Fukunaga. Ese año las salas comerciales de Estados Unidos reclamaron la exclusividad de distribución de 90 días para las salas de cine y amenazaron con boicotear la cinta.
Algo parecido sucedió el 2018 con ‘Roma’, el filme de Alfonso Cuarón que este año recibió el Oscar a Mejor película extranjera. El filme, por insistencia de su director, se proyectó durante 26 días en salas independientes de todo el mundo, pero finalmente la mayoría de personas que la han visto lo han hecho a través de alguna pantalla y no necesariamente de televisión.
Los estrenos cinematográficos se siguen consumiendo, en su mayoría, en las salas de cine comercial e independiente pero también en pequeñas pantallas. Ahora una persona puede ver una producción como ‘Brexit’, una cinta que se estrenó en HBO, en su celular y después de 20 minutos poner pausa y seguir viéndola horas más tarde en su televisor, en su computadora personal o en una tableta fuera de casa.
A la alternativa de comenzar una película en un dispositivo y terminarla de verla en otro se suma lo que Jorge Carrión llama la lectura en doble pantalla. Ahora, una persona puede ver una cinta como ‘King Lear’ (Prime Video) y al mismo tiempo tuitear en su celular sobre la actuación de Anthony Hopkins o googlear sobre la vida de Emma Thompson, los protagonistas de la película.
Esta nueva forma de consumo cinematográfico es parte de una ecología de los medios, haciendo alusión al término conceptualizado por Neil Postman, en la que el protagonismo está en las narrativas transmedia. El investigador argentino Carlos Scolari las define como el cruce o la combinación de dos elementos. “Por un lado la historia se expande en muchos medios y plataformas. Puede empezar en un cómic, después, una parte del mundo narrativo se cuenta en una película, y otra parte en un videojuego o una novela; y por otra parte está el hecho de que los usuarios también participan de la extensión del relato a través de la elección de finales alternativos”.
Eso fue lo que sucedió con ‘Bandersnatch’, el filme, que es parte de la serie Black Mirror, que Netflix estrenó el año pasado, una cinta con cinco posibles finales, a los que se llega a través de las elecciones que el público realiza, de forma individual, a lo largo de la trama.
Al inicio de esta década, muchos expertos vaticinaron el final de la televisión pero lo que han demostrando experiencias como ‘Bandersnatch’, o el estreno de filmes como ‘Historia de un matrimonio’, es que ahora la producción de una película no solo es el resultado del trabajo de un grupo de creativos sino también de matemáticos y estadísticos. En varias oportunidades los directivos de Netflix han dicho que las personas tienen que tener en cuenta que la televisión por Internet está hecha para que el usuario tenga el control total sobre lo que ve.
En ‘Hacia la hipertelevisión. Los primeros síntomas de una nueva configuración del dispositivo televisivo’, Scolari sostiene que en la actualidad hay una televisión más compleja, con muchas tramas narrativas, pantallas fragmentadas y un ritmo bastante acelerado. “Una televisión que, en definitiva, imita la dinámica de los medios digitales interactivos. Yo la he bautizado como hipertelevisión. Es la televisión que simula ser lo que no es: un medio interactivo”.
En este contexto estrellas como Steven Spielberg han dicho que las películas que debuten en servicios de ‘streaming’ o permanezcan durante poco tiempo en cartelera no deberían ser candidatas para premios como los Oscar y que plataformas como Netflix representan un peligro para la experiencia cinematográfica. Entre las réplicas que tuvieron sus comentarios destaca la del actor Edward Norton, quien dijo no estar de acuerdo y aseguró que Netflix está haciendo más para preservar la experiencia teatral que el propio cine.
Más allá del debate entre la experiencia que puede generar ver una película en una sala de cine comercial o independiente y la que puede producir verla en un celular mientras se viaja en un autobús, o en una computadora mientras se prepara la cena del día, el cine tiene la necesidad de adaptarse a un generación de consumidores que no nacieron con la radio o la televisión sino con la web y las multipantallas.