La Agencia de Vigilancia y Control extendió 48 certificados; en sitios autorizados cuestan USD 38. Foto: AFP
Frente a la necesidad de confirmar o descartar contagios de covid-19, el Gobierno abrió la posibilidad de traer test rápidos. Estos deben contar con un registro sanitario que garantice su calidad. Sin embargo, se comercializan a través de redes sociales o en páginas de venta libre de productos.
El 6 de abril pasado, el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, anunció que ya estaban en el país 200 000 test: PCR y de tamizaje, como se conoce a los rápidos. No precisó cuántas pruebas usarán en el personal de salud, policías y militares ni cuándo se aplicarán.
Hasta el registro de ayer, 14 de abril del 2020, se habían aplicado 25 347 pruebas; 7 603 dieron positivo y 7 495, negativo. Para especialistas, este ‘empate’ evidencia el déficit. Tampoco han mejorado los tiempos de entrega de resultados: 10 249 están pendientes.
Ayer, la ministra de Gobierno, María Paula Romo, reconoció esta realidad. “Hay una cantidad de pruebas cuyos resultados se encuentran represados. Y mientras no tengamos más información, va a ser mucho más difícil tener una lectura exacta de la evolución de la pandemia”.
Mientras eso ocurre, los ciudadanos buscan opciones para saber si están infectados. Nelson Cordero, propietario de una agencia de aduana, quiere aplicar pruebas a sus 18 trabajadores. Espera respuestas a pedidos realizados a través de redes sociales.
Estos exámenes deben contar con los permisos y registros sanitarios para su ingreso al país. La Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) emitió una norma técnica para la certificación de este tipo de productos durante la emergencia.
En su página web se observa que han extendido 48 registros sanitarios para la entrada de estos insumos. Su director, Luis Daniel Calle, en una comparecencia ante la Comisión de Salud comentó que los procesos están simplificados y que se han optimizado los tiempos para el trámite de estas autorizaciones.
En Veris, uno de los 21 laboratorios autorizados para realizar los dos tipos de pruebas, ya se ofrecen las rápidas. El precio es de USD 38,60.
En redes sociales también se oferta esta opción, con entrega a domicilio en Quito y otras provincias. Lo mismo se observa en páginas de venta de electrodomésticos, ropa y otros. Los precios oscilan entre USD 19 y 40.
En una publicación se venden a USD 39,60 más IVA. El envío a provincias, dice el ‘post’, tiene un costo adicional. Esa marca sí está en la lista de aprobadas por Arcsa. Quienes las promocionan por Facebook adjuntan una imagen con el logo del MSP y la describen como un producto certificado.
Al consultar por teléfono, se envían detalles como el modo de aplicarla y de interpretar los resultados. Adjuntan además un video, en el que se muestra una caja con 40 unidades y lo que contiene cada kit.
En otra publicación se observa que el precio es menor: USD 19,50. No se dan muchos detalles sobre la marca, pero se habla de un desembolso del 50% para su entrega en Quito.
Arcsa recuerda que estos test no se deben vender por redes sociales. También señala que se podrá suspender o cancelar en cualquier momento la notificación sanitaria, si se comprobase que el producto o su fabricante no cumplen con los requisitos o condiciones establecidos en la normativa.
El Ministro de Salud anunció, el lunes 13 de abril, que se levantó un muestreo para identificar cuáles son los sectores más vulnerables a este virus. Esa es una condición para la utilización de test rápidos. La población que la usa debe tener un nivel alto de exposición, comentó el médico emergenciólogo José Guanotasig.
Este tipo de exámenes rápidos -apunta el galeno- tiene una muy baja sensibilidad, en general. Por lo que (el test) no es muy seguro”. El porcentaje de eficacia puede ser del 60%. Es decir, en seis de cada 10 personas se detecta el virus.
En España han enfrentado problemas debido a test rápidos de mala calidad. Los comprados a la compañía china Bioeasy, según El País, resultaron de poca sensibilidad. Por ello las autoridades advierten la importancia de acudir, bajo prescripción médica, a un laboratorio autorizado.
La guía del especialista
Mantener la rutina del sueño es importante
Jorge Pesantes, presidente de la Sociedad de Neurología
La incertidumbre sobre la exposición al coronavirus, el temor al contagio, las preocupaciones sobre la obtención de alimentos y suministros personales y la pérdida de autonomía generan ansiedad y depresión. A la vez provocan trastornos y dificultades para dormir, durante la cuarentena.
Mantener rutinas u horarios de sueño, alimentación, actividad física y laboral y trabajo escolar aportan en el descanso diario.
Otra de las recomendaciones es respetar las horas de sueño de acuerdo a los grupos de edad. Por ejemplo, menores de 5 años pueden descansar de 10 a 13 horas; infantes en edad escolar de nueve a 11 horas; adolescentes entre ocho y 10 horas; adultos entre siete y nueve horas y tercera edad entre siete y ocho horas. Se debe evitar las siestas en el día o tarde.
Lo mejor es mantener una vida saludable basada en una dieta nutritiva y adecuada, sueño regular y actividad física. También se debe evitar el consumo de alcohol o drogas como formas de mantener el aislamiento.
Si es necesario se puede recurrir a telemedicina para obtener una consulta médica o psicológica.
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