Lucette Destouches, viuda del escritor francés Céline, falleció a los 107 años

Imagen referencial. Lucette Destouches, una exbalarina, conoció a Céline, veinte años mayor que ella, en 1936. Foto: Pixabay

Imagen referencial. Lucette Destouches, una exbalarina, conoció a Céline, veinte años mayor que ella, en 1936. Foto: Pixabay

Imagen referencial. Lucette Destouches, una exbalarina, conoció a Céline, veinte años mayor que ella, en 1936. Foto: Pixabay

Lucette Destouches, viuda del escritor francés Louis-Ferdinand Céline, falleció en la madrugada de este viernes 8 de noviembre del 2019 a los 107 años, informó David Alliot, especialista en la obra del autor de 'Viaje al fin de la noche'.

“Lucette Destouches falleció apaciblemente esta noche, mientras dormía”, indicó el también biógrafo de la viuda.

Céline fue uno de los escritores más aplaudidos del siglo XX en Francia, pero también uno de los más controvertidos por su antisemitismo.

Lucette Destouches, una exbalarina, conoció a Céline, veinte años mayor que ella, en 1936. Se casaron en 1943 y permanecieron juntos hasta la muerte de él en 1961, a los 67 años.

“Era mi fantasía”, escribió acerca de su esposa el autor también de 'Muerte a crédito'.

Ambos huyeron de Francia tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Durante su ausencia, Céline fue condenado en su país por haber colaborado con los nazis. La pareja regresó a Francia en 1951.

Su esposa sacrificó su vida por él, luchando para que la posteridad fuera indulgente con el escritor, pese a los panfletos que escribió contra los judíos.

Durante muchos años, Destouches se opuso a que los violentos textos fueran publicados de nuevo en Francia, hasta cambiar de opinión en 2017.

Pero el proyecto fue suspendido sin plazo después de un encendido debate y protestas de asociaciones judías.

Incluso después de su muerte, Destouches hablaba de su esposo en presente.

“Entiendo que no se esté de acuerdo con él”, afirmaba a quienes se preguntaban cómo podía ser tan buen escritor y a la vez escribir libros tan odiosos. Como si de alguna manera diera razón al escritor François Nourissier que preconizaba: “Admiren a Céline, no lo defiendan”.

La viuda seguía viviendo en la casa de ambos en Meudon, cerca de París, pese a haberla vendido recientemente para pagar sus deudas.

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