Con los campanarios del Centro Histórico se rendirá un tributo

El campanario del Museo de la Ciudad, en el Centro Histórico, será parte del concierto de este sábado 8 de septiembre del 2018. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.

El campanario del Museo de la Ciudad, en el Centro Histórico, será parte del concierto de este sábado 8 de septiembre del 2018. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.

El campanario del Museo de la Ciudad, en el Centro Histórico, será parte del concierto de este sábado 8 de septiembre del 2018. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.

Cerca de 50 campanas serán parte de un concierto por los 40 años de Quito como Patrimonio Cultural de la Humanidad. El evento es una experiencia sonora diferente para la ciudadanía y sus visitantes nacionales y extranjeros.

El maestro español Llorenç Barber y la musicóloga Montserrat Palacios serán los encargados de coordinar a más de 100 voluntarios para hacer sonar a las campanas del Centro Histórico.

El evento se realizó por primera vez en Quito en el 2002. Barber es reconocido por ser uno de los artistas sonoros de vanguardia en el mundo. Es el creador de los conciertos de ciudad y propuestas como la música plurivocal y los conciertos itinerantes.

Los conciertos de ciudad son intervenciones sonoras en las que las ciudades “prestan su situación orográfica, su urbanismo, todo su patrimonio tangible e inmaterial”, explica la Secretaría de Cultura del Municipio, es decir, se convierte a la ciudad en el instrumento y a sus ciudadanos, músicos o no, en los instrumentalistas.

En el concierto del sábado 8 de septiembre el Museo de la Ciudad, el Carmen Alto, el Carmen Bajo, la Catedral, Santa Clara, Santo Domingo, San Agustín, Santa Catalina, Santa Bárbara, San Juan y Carondelet establecerán un diálogo armónico con los sonidos de sus centenarias campanas.

Estas forman parte del patrimonio sonoro de la capital y son parte de un programa de recuperación y salvaguardia por su importancia histórica. En la antigüedad, estos instrumentos servían para la comunicación.

El antiguo Hospital San Juan de Dios (hoy Museo de la Ciudad) hacía que su campanario diera repiques fúnebres cuando moría algún paciente. Además, su construcción es compleja: una ­aleación de metales, sumada a la destreza del fundidor, daba un sonido único a cada campana.

La geografía de Quito permite que las melodías se guarden entre las montañas, creando una experiencia más íntima para los escuchas. Pero para tener una mejor experiencia, se recomienda mantenerse a buena distancia de los campanarios para poder percibir todos los sonidos.

Los mejores espacios para escuchar este tipo de conciertos, según Barber, son las terrazas. Desde lo alto se perciben los sonidos más claros y profundos. También se recomienda que las personas circulen por las calles, para que puedan encontrar un lugar adecuado para disfrutar del espectáculo sonoro urbano.

El concierto se inicia a las 20:00 y durará una hora. Grupos de danzantes y bandas encaminarán al público a la Plaza Grande al finalizar.

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