Cuando tenía cuatro años Telmo Pieper, un artista y muralista holandés, dibujó- en base a garabatos– un oso, una ballena, un auto, una torre de control y también algunas otras criaturas del mundo animal.
Veinte años después rescató estas obras de arte de su infancia y las recreó digitalmente, usando Photoshop. Las ilustraciones que resultaron de esta imaginativa iniciativa se volvieron virales y fueron replicadas en portales de noticias y de arte alrededor del mundo.
Las versiones presentes de sus creaciones del pasado además de conservar los trazos inocentes y exagerados propios de la niñez, llevan impresas su estilo hiperrealista particular, el mismo que caracteriza a sus monumentales murales.
Así, las imágenes de la serie que bautizó como ‘Kiddie Arts’ combinan fantasía y realidad, improvisación y técnica y surgen para reiterar que la creatividad que ha marcado a todo su repertorio anterior sigue vigente.
Con estas obras Pieper se alinea a una tendencia ‘in vitro’ con la que esporádicos artistas han experimentado: conjugar el mundo infantil y el artístico.
Así lo expone en una publicación e l blog La Caja de Inventia, en la que comparan lo realizado por el holandés con los trabajos de Wendy Tsao– originaria de Vancouver- quien convierte los dibujos de los niños en juguetes.
En la misma línea de acción está el diseñador industrial Jason Freeny, quien como parte de lo que él denomina ‘arte anatómico’ disecciona juguetes y los transforma en obras de arte.
Otras series del creador de ‘Kiddie Arts’ ponen en evidencia el carácter generalizado de su trabajo híbrido, exponiendo temáticas y técnicas recurrentes. Los trazos infantiles– que se observan también en ‘Schoolpotrait’, la cual exhibe retratos caricaturescos en formato anuario de colegio-, y la experimentación de las percepciones de la realidad que se tienen.
Esta última temática es la arteria principal de ‘Fake Pseudoism’, en la que representa- utilizando figuras estereotípicas- animales y órganos del cuerpo con sus cualidades verdaderas.
La labor artística de Pieper no se limita únicamente al lienzo digital ya que también domina la práctica del arte urbano. Lo hace junto a Miel Kurtzman en un dúo que lleva el nombre de Telmo Miel.
Juntos han recorrido distintas ciudades de Europa y han ‘estampado’ en paredes de edificios y casas sus creaciones que combinan abstracción, realismo y surrealismo. Sus pinturas incluyen desde imágenes de bebés y niños gigantes hasta flores carnívoras al estilo Mario Bros y esqueletos de animales.