El proyecto ganador del Imagine Cup de Microsoft, en su capítulo de Ecuador, nació de una sencilla observación: ¿Por qué nadie ha reunido en un solo directorio a las organizaciones que ejercen labor social? Patricio Córdova, un novel ingeniero en sistemas, reflexionó sobre eso en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, en la cual se graduó y cuyas facultades y alumnos cumplen con varias obras asistenciales. ¿Y si creamos una red social que las aglutine para que la gente colabore, sume fuerzas y viralice actividades? Pues manos a la obra.
La idea convenció a Thalía Lozada, Diego Ponce y Mauricio Cuadrado, estudiantes de Sistemas de la PUCE. Entre los cuatro armaron un proyecto que, a medio camino entre la programación y la labor social, ganó el derecho de representar a Ecuador en el Imagine Cup internacional en San Petersburgo, la antigua capital del imperio ruso.
El proyecto se llama Ayni, deja tu huella, y está reforzado por una aplicación para móviles. Ayni en quichua significa ‘ayuda’ y fue escogida porque representa las intenciones del equipo.
Antes de presentarse en el concurso, cuya primera edición fue en el 2003 en Barcelona, el equipo realizó una intensa investigación. Comprobó el vacío de enlaces que existe, no solo entre las organizaciones, sino en el público en general. El cuarteto visitó obras y misiones de las diferentes iglesias, de gente con discapacidad y del Estado. Se quedaron sin voz de tanto preguntar. Consumieron todos los momentos libres entre diciembre del 2012 y abril de este año y, finalmente, con la ayuda del tutor Andrés Jiménez pulieron la propuesta.
Se descartó la variable de reunir fondos, pues es más útil y menos discriminatorio aglutinar voluntades: si alguien sabe cómo sacar sonrisas, pues que colabore haciendo reír a los niños.
También se propusieron no hacer el juego al ‘turismo de beneficencia’, que consiste en que los extranjeros vengan de paseo en lugar de voluntarios.
La idea de Ayni se impuso a otros proyectos interesantes en la final del Imagine Cup local, que reunió iniciativas de prevención de incendios forestales, aplicaciones para evitar el desperdicio de agua en las casas y empresas, programas de lenguaje para discapacitados y dispositivos para que un conductor borracho no encienda su automóvil.
Participaron 21 propuestas de todo el país y cinco se clasificaron a la gran final, la cual se realizó en inglés, el idioma oficial del evento, también llamado Copa Mundial de Software.
Córdova, el capitán, tiene 23 años. Pinta en sus ratos libres, un ‘hobby’ heredado de sus padres arquitectos. A Lozada, de 21, le gusta bailar y leer (es fan de ‘Orgullo y prejuicio’, de Jane Austen). Ponce, de 22, ama la programación y es hincha de Liga. Y Cuadrado, de 22, ama el cine de aventuras. Justamente ahora los cuatro afrontan su más grande aventura: triunfar en la tierra de los zares.