La plataforma se presentó el 28 de enero en el Centro de Arte Contemporáneo. Se dictó una charla introductoria. Foto: Cortesía Diana Barragán
El fomento de la creatividad, el juego y la participación activa del público para generar cambios sociales son las características esenciales del Teatro del Oprimido.
En el país esta técnica, creada por el brasileño Augusto Boal, tiene, desde finales de enero, una plataforma para su difusión e investigación.
La promotora de esta iniciativa es la actriz Micaela Bermúdez. Desde el 2009, esta artista formada con Susana Nicolalde en la Sala Mandrágora de la Casa de la Cultura, empezó sus estudios en el Teatro y la Estética del Oprimido.
Esta plataforma es una organización destinada a la difusión, la práctica y la investigación del Teatro del Oprimido. “Esta técnica, que ha sido poco difundida en el país, es importante porque estimula la creatividad de las personas para que reflexionen sobre su realidad y busquen alternativas de cambio”, dice Bermúdez.
Para los primeros meses del 2017 esta plataforma tiene planificado tres talleres. El 15 de febrero, en el Teatro Ojo de Agua (García Moreno y Manabí) se realizará un taller introductorio que tiene como objetivo explicar cómo funciona el Teatro del Oprimido.
Bermúdez cuenta que la idea en este taller es que las personas se reencuentren con el juego. “Se motivará a los participantes -dice- para que sientan todo lo que tocan, vean todo lo que miran, escuchen todo que oyen y activen la memoria y todos sus sentidos”.
En marzo esta plataforma abrirá el Laboratorio Magdalena, una nueva corriente del Teatro del Oprimido en la que se trabaja solo con mujeres. Diana Barragán, una de las integrantes de la plataforma, sostiene que estos laboratorios se han convertido en un espacio para que las mujeres planteen alternativas para los problemas de su día a día.
“En el 2016 trabajamos con mujeres del barrio María Augusta Urrutia, en Llano Chico y con las mujeres que participaron en el evento Vivas nos Queremos”, dice. El laboratorio se realizará en la Sala Mandrágora de la CCE.
Para abril se tiene planificado un taller de sonido y ritmo cuyo objetivo es ahondar en la estética del oprimido a través de la exploración sonora. El taller se realizará en La Casa Catapulta (Olmedo y Guayaquil).
Al final de cada taller se realizará la presentación de una muestra final. Estas puestas en escena serán trabajadas bajo la estructura dramatúrgica del Teatro Foro que tiene como característica la participación del público al final de la presentación.
La idea de este formato es que el público luego de ver la problemática que se le plantea en la obra tenga un espacio de reflexión para proponer finales alternativos. Bermúdez sostiene que lo importante es que la gente piense sobre su condición social.