Los gatos despiertan amor y odio

El cuidado en el aseo de los gatos es importante para evitar enfermedades. Foto: Eduardo Terán/EL COMERCIO

Si de mascotas se trata, el perro se lleva todos los halagos. Es el 'amigo fiel', el defensor de ladridos amenazantes, el juguetón que corre tras la vara para traerla de vuelta... Pero, ¿qué hay de los gatos? De suave y elegante caminar, pelaje esponjado y dulce ronroneo, los felinos de cola larga y mirada sagaz han trascendido en la historia como leales y silenciosos compañeros.
Así lo era para Ernest Hemingway. El célebre narrador estadounidense admiraba la total honestidad de los mininos; y acertó en decir que mientras el hombre oculta sus sentimientos, el gato no lo hace: es como es y actúa como se siente.
Y la afinidad entre Odín, Beppo y el escritor argentino Jorge Luis Borges era tal, que la dejó plasmada en el poema A un gato: 'No son más silenciosos los espejos/ ni más furtiva el alba aventurera;/ eres, bajo la luna, esa pantera/que nos es dado divisar de lejos'.
Y que hay de Jhon Lenon. Sí, también tenía un amigo peludo, de bigote y orejas puntiagudas. Y como él bien diría 'todo lo que necesitas es amor (... y un gato). En este recuento no puede faltar un minino célebre: Socks, parte de la familia Clinton. La hija del expresidente de EE.UU. lo rescató de las calles y lo llevó a la Casa Blanca. Ahí pasó sus días desde 1993 hasta su muerte en 2009.
Ese día, 20 de febrero, fue instituido como el Día Internacional del Gato, para recordar a Socks pero también para hacer conciencia de los riesgos que miles de felinos atraviesan en las calles del mundo, donde son parte de la vulnerable fauna urbana.
Las siete vidas de un gato en Guayaquil
Vida #1 El abandono
Estos mininos viven en una universidad del norte de Guayaquil; por eso hay quienes bromean y dicen que son intelectuales gatunos.
Lo cierto es que han hecho de un terreno junto a una facultad su hogar. Se cobijan dentro de viejas y oxidadas estanterías que antes guardaban libros y se afilan las garras en las sillas de oficina, abandonadas como ellos. "Aquí hay más de 30 -comenta Carlos-. Hasta hace dos años eran pocos, pero la gente viene y los deja botados… hasta en sacos los traían". Carlos es su cuidador. Todos los días dedica un poco de su tiempo para alimentarlos y no solo darles caricias al paso. "Tener un gato es como tener un hijo. Hay que ser más responsables".
Vida #2 La supervivencia
Como en esta universidad hay varios de lugares en Guayaquil donde se han establecido colonias de gatos, espacios públicos donde decenas de felinos abandonados buscan el calor de sus pares. Cementerios, parques, casonas abandonadas, barrios marginales...
Pero en muchas ocasiones, estos hogares al aire libre también son lugares de lucha por supervivencia. Por las peleas fuera de control hay varios heridos; además son víctimas de enfermedades y resulta más difícil para las hembras ofrecer un espacio seguro a sus crías.
Esa es la escena en un enorme parque regenerado del sur de Guayaquil. Aquí basta con sentarse en una banqueta, decir 'michu' y aguardar que los más tiernos, aquellos que no se muestren desconfiados por alguna experiencia negativa con un humano, se acerquen. La necesidad es tan grande, y no solo de alimento. Muchos se conforman con sentarse en las piernas del visitante fugaz.
Lupe es uno de esos héroes anónimos. Cada día, entre 06:00 y 07:00, vigila que en esta colonia todo marche bien. Aunque a veces la misión se escapa de sus manos; aquí hay más de 50 gatos.
Vida #3 La vulnerabilidad de las crías
Amigos con cola es un hogar seguro para los felinos. Sí, es un hogar, el hogar de Javier Cevallos, donde los perros y gatos que rescata junto a varios animalistas ya casi no han dejado lugar para su familia.
Aquí hay más de 50 gatos y los más vulnerables son aquellos que llegan muy pequeños, a pocos días de nacer.
Esta cruel realidad es más común de lo que aparenta, en especial cuando son más de dos, tres, cinco y hasta ocho las crías. La salida fácil, sumamente irresponsable e inhumana, es apartarlas de la madre, aunque eso les cueste la vida. La excusa: solo hay espacio para un gato en casa.
Una de las soluciones a este grave problema es la esterilización. Amigos con cola y otras fundaciones dedicadas al rescate animal realizan brigadas médicas gratuitas, con veterinarios voluntarios que realizan esta rápida cirugía.
Vida #4 El maltrato
Esta espeluznante noticia es real. El mes pasado, en una ciudadela del norte de Guayaquil, empezaron a aparecer gatos muertos. Los vecinos denunciaron que alguien los estaba envenenando y no solo a los llamados callejeros, también algunos que tenían dueño y casa.
El maltrato animal es sancionado en varios países de la región. En México, por ejemplo, es penado con cuatro años de prisión para quienes cometan actos de crueldad con cualquier especie animal. Mientras que en Colombia cuentan con una Ley de Protección Animal, que fue reformada en 2009.
En el país se abrió una esperanza al incluir el tema en el Código Orgánico Integral Penal (COIP). Pero el peso de la sanción no convence del todo a los animalistas.
Vida #5 La falta de alimento en las calles
Una esquina oscura es el mejor lugar. Ahí, donde se amontonan los desperdicios de las familias de esa cuadra, destellan un par de luces intensas, como faroles de un camión diminuto.
El gato completamente negro, que lucha a diario con el estigma de ser símbolo de mal augurio, rasga una funda plástica con sus afiladas garras. Su fino olfato le indica que hay algo allí para aplacar su hambre.
Esa condición la afrontan unos 300 000 animales en el país (entre perros y gatos), que conforman la gran población de la fauna urbana, como registra el departamento de Zoonosis del Ministerio de Salud.
Pero siempre hay ángeles de la guarda gatunos. Y un ejemplo es el grupo SOS Gatuno. A través de las redes sociales, este grupo de amantes de los gatos da alimentación, cuidados y mimos a una colonia de felinos del sur de Guayaquil.
Con fotos en Instagram también les dan la posibilidad de conseguir un padre humano.
Vida #6 La falta de cuidados veterinarios
Desde incómodas pulgas hasta leucemia felina y otros tipos de cáncer. Esas son solo algunas enfermedades a las que están expuestos los mininos de las calles.
No obstante, fundaciones como Rescate Animal ofrecen una ayuda médica a los gatos urbanos y a aquellos que están en hogares temporales, preparándose para ser adoptados.
Viviana Vásconez, presidenta de la fundación, explica que los gastos en medicamentos y curaciones -cuando son necesarias- suelen ser elevados. Para logran cubrirlos cuentan con el apoyo de voluntarios, así como de la clínica veterinaria Mansión Mascota, ubicada en el norte de Guayaquil.
Otras entidades públicas también tienen iniciativas en este ámbito. En 2012, la Prefectura del Guayas creó la Unidad de Rescate Animal. Para emergencias puede llamar al 042 293 268, 042 281 470 o al 099 961 4819.
Vida #7 La falta de ciudades amigables
Ambato es una especie de paraíso para los gatos y perros vagabundos. La ciudad es un ejemplo del manejo responsable de la fauna urbana.
Su Municipalidad cuenta con un albergue temporal para animales domésticos, con cabida para unos 80 perros y 30 gatos. Se mantiene con un presupuesto anual de USD 100 000 y ha gestionado la adopción más de 2 200 canes y felinos, así como el rescate de unos 2 800.
Según la Constitución y el Código de Salud, el control de la fauna urbana y la atención oportuna es responsabilidada de los gobiernos autónomos.