El lugar donde permanecen las crías no debe ser del todo liso. Superficies de ese tipo pueden aplanar su tórax. Foto: María Isabel Valarezo/ EL COMERCIO
Las mascotas, al igual que los seres humanos, requieren de un cuidado especial antes, durante y después de la etapa de gestación. La falta de atención respectiva puede implicar riesgos tanto para la madre como para sus crías, lo cual, en casos extremos, puede costar incluso la vida.
Gabriela Parra, especialista del Hospital Docente de Especialidades Veterinarias de la USFQ, ofrece una guía de los pasos a seguir para llevar a buen término la gestación de las mascotas.
Previo a la concepción
En el momento que el propietario de una perra o gata desea que esta tenga crías, es importante evaluar su estado de salud. Uno de los aspectos más relevantes es la edad. En ambas mamíferos se considera idóneo cuando tienen entre un año y medio y dos de vida. O, al segundo celo.
En el caso de las canes se recomienda la práctica de citologías vaginales que determinan el momento exacto de la ovulación. Durante el procedimiento se introduce un isopo en la vagina del animal y se extrae una muestra de las células que reflejan si ovula o no.
El tamaño del macho con el cual se reproducirá es determinante. “Si la perra se cruza con un perro muy grande puede concebir fetos que, a su vez, en el momento del parto producirán distocia“, indica la experta. Se generará una dificultad ya que el canal pélvico puede ser muy estrecho y se debe practicar una césarea. La edad del perro también es importante, ya que eso influirá en la calidad del esperma.
Cuando se confirma que la mascota está en etapa de ovulación, es preferible se traslade a la hacia la casa del macho, para que este se sienta más cómodo.
Durante la gestación
Cuando se dio la monta, luego de 25 días es aconsejable practicar un eco de gestación. Con el examen se sabrá con certeza si se produjo o no concepción. La gesta dura, en promedio, 60 días, tanto en perras como en gatas.
Durante esa etapa la alimentación es vital. La mascota debe consumir alimento para cachorro y dos meses después del parto. No se la debe medicar, vacunar, ni desparasitar.
Cerca de cumplir los 60 días, se recomienda realizar un segundo eco para medir la cabeza de los cachorros. Con esta técnica se estima la fecha del parto.
Durante el parto
En caso de no practicar el segundo eco, el encargado del animal sabrá que está por parir porque se mostrará inquieta, buscará un refugio y su temperatura bajará. En ese sentido, hay que tomar la temperatura cada 12 horas.
En los perros grandes, la temperatura, que normalmente oscila entre 38 y 39 grados, descenderá a 37. En razas pequeñas puede bajar hasta 36, mientras que en gatas puede disminuir hasta 35 grados.
Cuando la hembra arroja líquido amniótico, una especie de moco transparente, es señal de que la segunda fase de la labor de parto se inició. Se producen contracciones abdominales.
Después de que nace el primer cachorro, existe un intervalo de una hora, máximo cuatro, para el nacimiento del siguiente. Si se supera ese tiempo se debe recurrir a un profesional. Si uno de los animales se quedó en el canal de parto, también hay que visitar, de urgencia, al veterinario.
Las gatas persa tienen labores de parto complejas por el tamaño de su cabeza y el canal pélvico estrecho. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO
Cuidados postparto
Los cachorros no regulan su temperatura durante los siete primeros días. Por ello, la madre no se separa de ellos. Para adecuar el ambiente, es posible colocar lámparas, bolsas o botellas de agua caliente cubiertas para evitar quemaduras. La temperatura ambiente debe oscilar entre 33 y 37 grados.
Hay que revisar que la madre retire todas las membranas que recubren a sus crías, sobretodo con las primerizas, para evitar asfixia. Es vital que la perra o gata los lama, ya que el lamido estimula su respiración y genera el vínculo materno.
El lugar donde permanecen las crías no debe ser del todo liso. Superficies de ese tipo pueden aplanar su tórax, sobretodo en razas como Bulldog, ya que les dificulta asentar las patas. En ese caso podría colocarse una toalla para que adhieran sus extremidades.
La separación de la madre debe realizarse a los dos meses, no es recomendable hacerlo antes ya que no habrá cumplido su ciclo de desarrollo social. Una separación temprana implicaría ansiedad, agresividad y problemas de adaptación.
Las razas con labores de partos más complejas, en el caso de los perros, son las Toy, Bulldog, Puddle, Chihuahua, porque su cabeza es grande y el canal pélvico estrecho. En el caso de los felinos, persas y siameses.