El Encuentro Cultural de las Comunidades se cumplió como parte del pregón por las fiestas del cantón Saraguro. Foto: Lineida Castillo/ EL COMERCIO.
Un recorrido por las principales manifestaciones culturales y tradiciones del pueblo Saraguro se mostró en el Encuentro de las Comunidades y Fomento del Patrimonio Cultural. El evento se realizó el pasado viernes por los 195 años de independencia de este cantón de la provincia de Loja.
Los saragurenses y turistas se congregaron en el parque central para admirar cómo viven las comunidades indígenas las celebraciones religiosas-culturales como el Inti Raymi y el Kapak Raymi, el matrimonio indígena, la Navidad, el Carnaval, Día de los Santos…
Músicos, danzantes, comida típica, disfraces y llamativos carros alegóricos -donde viajaron las candidatas a Sara Ñusta y Reina de Saraguro- reunió cada comparsa. Las Lagunas abrió el desfile con el tema del Inti Raymi que congregó a más de 150 participantes de esta comunidad.
Ellos presentaron un carro alegórico adornado con un arco de flores y frutas que simbolizó la puerta de entrada de los presentes a esta comunidad indígena. Detrás fueron los kapak, que son las autoridades del Consejo de Ayllus que celebran esta fiesta cada 21 de junio, en honor al Dios Sol.
El Inti Raymi es una de las cuatro celebraciones más importantes del calendario andino y representa la época de la cosecha de los frutos que da la Pachamama. “Es una fiesta sagrada que reúne la espiritualidad del hombre y su relación con la naturaleza”, dijo el indígena Baudilio Quishpe.
La comparsa se complementó con las vírgenes del sol que danzaron con el sonido del bombo y del pingullo. Se improvisaron un ritual y baño ceremonial en una cascada sagrada, un baile de los taitas y las mamas con antorchas.
Las Lagunas cerró su presentación con el pinshi-mikuna que es la ofrenda de la comida que integra a toda la comunidad y el baile general al son del chaspishka, que es la música tradicional del pueblo Kichwa-Saraguro.
La comunidad de Paquishapa, perteneciente a la parroquia Urdaneta, participó con 40 danzantes que mostraron la belleza del principal destino turístico de la zona: El Salado. Este pueblo indígena tiene rasgos, costumbres y vestimenta diferentes a los saraguros: son de piel blanca, ojos azules y las mujeres usan polleras altas.
Yucucápac atrajo los aplausos por la creatividad para escenificar el matrimonio eclesiástico. Sobre una camioneta se construyó la antigua casa de la familia indígena en bahareque, barro y teja.
Los músicos y padrinos abrieron el desfile. Detrás llegaron los novios en caballos, vistiendo el atuendo típico pero con accesorios especiales que imponen elegancia. También los padres, familiares y el sacerdote que celebró la eucaristía. En el centro se colocaron dos mesas con pétalos de flores y velas que representaban la luz en el camino y la prosperidad para la nueva pareja. Al término de la eucaristía se cumplió el ‘parabién’ en donde los padres aconsejaron en público a los novios cómo se deben comportar de aquí en adelante. También se realizó el ¡Viva Matrimonio! que consiste en lanzar los pétalos de las flores de las mesas entre los hombres y las mujeres.
Según Polibio Medina, esta celebración dura dos días y todos los actos se los vive con solemnidad y alegría.
Quishquinchir alegró al público con el Carnaval ancestral, que antiguamente empezaba con el viaje que hacían las familias de Saraguro hasta Yacuambi (Zamora Chinchipe) para invitar a los suyos a que vengan a esta fiesta donde se compartía abundante comida.