Las preocupaciones de artistas y gestores culturales se centran en cómo se redactará el reglamento de ley. Foto: EL COMERCIO
A días de que se apruebe la Ley Orgánica de Cultura, las preocupaciones de artistas y gestores culturales se centran en cómo se redactará el reglamento de ley.
El miércoles 21 de septiembre la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Asamblea Nacional aprobó el informe final para segundo debate.
Los insumos para el reglamento, que será expedido por el Presidente de la República, serán trabajados por el Ministerio de Cultura. En este cuerpo legal se tipificará todo lo que no está regularizado en la ley. Marcelo Luje, presidente de Asoescena; Mariana Andrade, directora de Ochoymedio; y Paulina León, parte del Comité de Actores Culturales, conversaron sobre las prioridades y mecanismo para la redacción de dicho reglamento.
Implementación de una metodología inclusiva
Para los artistas y gestores culturales es importante que se cree un sistema y una metodología que haga posible el desarrollo del reglamento. León sostiene que el personal que actualmente existe en el Ministerio de Cultura y Patrimonio no tiene los recursos técnicos para el desarrollo de este trabajo. La propuesta de León es que se generen comisiones técnicas de expertos que trabajen en la redacción del reglamento y que estas tengan participación de la sociedad civil y de otras instancias gubernamentales.
Luje agrega que para la redacción del reglamento se tienen que armar talleres y mesas de trabajo con la participación de los sectores culturales.
Fijar un plazo para que se expida el reglamento
Para que el reglamento no demore años en ser aprobado (la Ley de Cultura ha pasado nueve años sin ser tratada) estos actores y gestores culturales sostienen que este reglamento debería ser aprobado antes de entrar en el proceso electoral. “Si no es aprobado el reglamento -dice Luje- , con el cambio de autoridades todo será un borra y va de nuevo”.
A criterio de Andrade, la demora de la aprobación de la Ley Orgánica de Cultura ha producido un agotamiento de los todos los sectores culturales. “Si sucede lo mismo con el reglamento -dice-, el desencanto puede ser mayor”.
Reglamentación para el fomento en cultura
En el reglamento tiene que aclararse la cuestión de la libertad de expresión y creación de los artistas y gestores culturales. León sostiene que en las anteriores ediciones de los fondos concursables había un sesgo ideológico. Luje subraya que se tiene que especificar en el reglamento, bajo qué criterios se van a entregar esos fondos. Se propone que se estipule el fomento no como un apoyo caritativo sino como un derecho a la profesión que ejercen actores y gestores.