Vista aérea del Reloj solar Quitsato, un proyecto cultural y científico ubicado sobre la línea ecuatorial , en Cayambe. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
El Reloj solar de Cayambe, como es más conocido Quitsato, está junto a la Panamericana Norte E35, en el km 192. Al ingresar, los guías aseguran que es el único monumento a la Mitad del Mundo, ubicado sobre la línea ecuatorial. Enseguida, invitan a los visitantes a comprobarlo a través de aplicaciones móviles con tecnología satelital.
La importancia de que exista un monumento justo sobre el paralelo cero es científica y cultural, según Cristóbal Cobo, investigador de la astronomía preincaica y fundador del proyecto. “Un reloj solar es la mejor forma de explicar cómo funciona la mecánica del Sol y cómo funcionan los solsticios y equinoccios”, dice.
Según la posición del Sol con relación a la Tierra, la sombra del poste, proyectada en el piso, señalará la hora del día. La proyección de la sombra y la entrada de la luz por el poste también señalan con exactitud otros datos. Por ejemplo, los meses se representan en los diámetros del centro del poste del Reloj Solar.
Otro fenómeno que comprueba la ubicación exacta del Reloj es que en los equinoccios, que suceden en marzo y septiembre, la luz del Sol ingresa por el poste de forma perpendicular, a las 12:00.
Un guía local les enseña a los turistas el mapa de las estrellas, desarrollado por Quitsato. Se encuentra en el centro del Reloj Solar. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
El nombre de este monumento viene de dos palabras de la lengua tsáfiqui, usada por los tsáchilas: “quitsa” significa mitad y “to” quiere decir mundo. Por lo tanto, Quitsato es la Mitad del Mundo.
Cobo escogió este nombre debido a que las investigaciones sobre astronomía antigua que ha hecho en los últimos 20 años que demuestran que los kitukaras, que hablaban lenguas más cercanas al tsáfiqui antes de que los incas impusieran el kichwa, tenían un amplio conocimiento de esta ciencia.
Lo anterior se evidencia en los vestigios que se encuentran en el Distrito Metropolitano de Quito y sus alrededores. Sitios rurales como el monte Catequilla fueron centros de estudio astronómico.
En el Centro Histórico están algunas de las pruebas más claras del conocimiento y manejo de la astronomía. Por mandados de los concilios, los españoles a su llegada construyeron iglesias sobre edificaciones de investigación astronómica o de culto politeista.
Se mantuvo, sin embargo, la ubicación de las iglesias con respecto a la alineación de las elevaciones circundantes y del movimiento del Sol. Esto dio paso a visibilizar los solsticios, a través de la entrada de la luz en las edificaciones y la iluminación de imágenes católicas.
El Reloj Solar Quitsato funciona desde hace 12 años. Jóvenes de la comunidad se han involucrado. Ahora, seis personas, entre ellos Cobo, lo administran. Los guías tienen una preparación integral, pues no solo turistas visitan el sitio. Es frecuente la vista de historiadores, geógrafos, astrónomos y personas dedicadas a la investigación en general.
Además del cobro de la entrada de USD 2 por persona, el proyecto se sustenta a través de la venta de material informativo y didáctico. Con base en estudios científicos, el equipo ha desarrollado mapas y globos terráqueos que proponen un cambio de geoperspectiva, donde el este está arriba y el norte, a la izquierda, haciendo honor al significado de esta palabra.
En Quitsato también se derriban mitos creados alrededor de la Mitad del Mundo, como los que aseguran que solo sobre la línea ecuatorial se puede equilibrar un huevo en un clavo o que el agua gira de acuerdo a la latitud.