La comunidad de Chaullayacu participó de la celebración en la parroquia Tarqui. Foto: Lineida Castillo/ EL COMERCIO
Danzantes, coreografías, trajes típicos, comida, chicha de jora, espuma de Carnaval y música folclórica tuvieron las fiestas del Taita Carnaval, que se cumplieron el domingo pasado, 24 de febrero del 2019, en las parroquias cuencanas de Tarqui y El Valle.
Los danzantes empezaron a las 09:00 su recorrido por las calles céntricas de Tarqui, hasta el estadio Marco Vele. El desfile estuvo encabezado por Kléber Rumipulla, quien es el Taita Carnaval 2019.
De acuerdo con la tradición, este personaje viste chaleco, zamarro y un sombrero de ala ancha del cual penden cintas de colores. Rumipulla llevaba una cruz adornada con flores y frutas, que representan la abundancia y alegría.
La mañana estuvo fría y con llovizna. En el estadio se realizaron la eucaristía y la bendición de los alimentos y de la fiesta. Luego empezó la presentación de las danzas de las 26 comunidades y ocho barrios. De esta forma recrearon las costumbres y tradiciones de esta celebración.
Cada comunidad escenificó juegos como del pucara, que consiste en el enfrentamiento -con piedras- entre habitantes de sectores cercanos hasta derramar sangre como ofrenda a la pachamama.
Los hermanos Johnny y Jennifer Quizhpe representaron a la Mama y el Taita Carnaval de la comunidad de Santa Teresita. “Es una celebración de juegos, que nos une más como comunidad al compartir los alimentos”, dijo Johnny Quizhpe.
La Unidad Educativa Bertha Vinueza de El Valle representó en Carnaval de Guaranda. Foto: Lineida Castillo/ EL COMERCIO
Por cinco años consecutivos Tarqui realiza esta celebración, que incluyó el Festival del Mote Pata y Comida Típica. Participaron las asociaciones de emprendedores de hortalizas, lácteos, comida y crianza de animales menores.
En la parroquia El Valle se realizó la décima edición del Taita Carnaval. Hubo dos momentos. En el primero participaron 18 centros educativos. Más de 2 000 estudiantes recrearon las vivencias de los carnavales en las diferentes culturas del Ecuador.
Por ejemplo, los 60 alumnos de la Unidad Educativa Tomás Rendón presentaron el baile de La Bomba, que es una manifestación del valle del Chota. Las mujeres llevaban sobre sus cabezas una botella.
En cambio, la Unidad Educativa Bertha Vinueza mostró el tradicional Carnaval de Guaranda, que representa la principal celebración de la capital de la provincia de Bolívar. En esta comparsa hubo enmascarados, música y poesía.
Los estudiantes lucieron trajes con motivos religiosos e indígenas. Unos tocaban la guitarra y el resto danzaba al ritmo la música folclórica. Finalmente, jugaron con espuma.
En cambio, los niños de la escuela Nicolás Sojos, de la comunidad de Malvay, presentaron el Carnaval Vallenense, que es alusivo a los indígenas de Azuay. Esta tradición incluye danzas folclóricas y el Jueves de Compadres, que antiguamente se vivía una semana antes del Carnaval.
Consistía en elegir a los compadres entre los vecinos, de acuerdo con el parentesco o amistad. Para comprometerlos a que solemnicen las fiestas obsequiaban una guagua de pan en una bandeja adornada con pétalos de flores. Ahora, se agrega maicena y serpentinas.
Este grupo también tenía platos típicos como el cuy con papas, cerdo, mote pillo y dulces de frutas de la temporada como higo, durazno, manzana, pera y babaco. Al final compartieron esos alimentos en una pambamesa.
La segunda parte de la fiesta en El Valle se centró en la presentación de los alimentos de esta época y su preparación. Por ejemplo, la comunidad campesina de Totoracocha creó una cabaña rodante y en su interior estuvo Blanca Criolla, quien preparaba el tradicional sancocho de cerdo.