Nicole Paredes, Walter Sánchez e Isabel Silva aprenden sobre los programas de computación para desarrollar softwares. Foto: Enrique Pesantes/ El Comercio
‘Todos deberían aprender a programar una computadora… porque te enseña cómo pensar”. La frase de Steve Jobs aparece en el video ‘Lo que la mayoría de las escuelas no enseña’. Luego, Bill Gates, presidente de Microsoft; Mark Zuckerberg, creador de Facebook; Drew Houston, inventor de Dropbox y otras superestrellas de la tecnología recuerdan su infancia y su primer contacto con una computadora.
Sus historias son una invitación a visitar Code.org, la plataforma de una fundación sin fines de lucro que desde el 2013 enseña programación de forma lúdica a niños desde 4 años.
Su razón de ser está en las estadísticas: la organización calcula que para el 2020 existan 1,4 millones de empleos en EE.UU. vinculados a la informática versus unos 400 000 estudiantes en esa área. Eso a más de que hoy solo una de cada 10 escuelas americanas da clases de programación.
Code.org busca cambiar esa realidad en EE.UU. y en el mundo. “No necesitas ser un genio para programar”. “Sumas, restas…, es prácticamente todo”. “Es lo más cercano a tener superpoderes”. Son los mensajes al final del video promocional.
Code.org, Scratch y Scratch Junior del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT); App Inventor y Made with Code de Google Labs, y Hopscotch son algunos softwares disponibles en Internet para niños programadores.
Nicole Paredes, de 13 años y estudiante del octavo año del Colegio Politécnico de Guayaquil (Copol), participó en diciembre en ‘la hora del código’. Unos 700 alumnos del plantel se unieron al reto de Code.org, que suma más de 96 millones de usuarios, entre ellos el presidente Barack Obama, el actor Ashton Kutcher y Shakira.
“Solo hay que unir bloques para darle movimiento a un personaje”, dice frente a una pantalla. Nicole fue la más veloz del reto en su colegio y ahora va por el segundo curso ‘on line’.
Con esta y otras herramientas, programar es tan sencillo como arrastrar bloques, darles un orden lógico, ver la animación, seguir los niveles y recibir un diploma digital en una hora. Al final de cada nivel aparecen los códigos que usan los programadores, en lenguaje JavaScript.
“Es una tendencia mundial”, dice Yidda Marcial, directora de Informática del Copol. “Los chicos desarrollan pensamiento crítico y solución de problemas. Esta es la era de motivar a los niños a que no sean solo consumidores digitales, sino diseñadores digitales”. Y esa tendencia también toma fuerza en el hardware.
Iván Silva, docente de la Facultad de Ingeniería en Sistemas de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), pone como ejemplo Lego Mindstorms EV3, la línea de juguetes de robótica de Lego. “Con legos, un chico de 13 años en EE.UU. creó una impresora”. Se refiere a Shubham Banerjee, quien inició una compañía para diseñar impresoras Braille a las que llamó Braigo.
Estos ejemplos motivan a los educadores a incluir a los niños en la tecnología desde más temprana edad. En el Copol, la programación se dicta desde su creación (1996). Hoy, al tener herramientas más didácticas, se da desde el séptimo de básica y la meta es empezar desde cuarto año básico (a los 9 años).
En otros países, como Estonia, la programación es parte del currículum escolar. Y en España un grupo de maestros creó Programamos. A través de softwares como Scratch, estimulan la creatividad y la autonomía de los escolares en el diseño de videojuegos y aplicaciones para móviles.
Scratch también es usado en el Copol. Isabel Silva (15 años) y Walter Sánchez (14), de décimo año, ya han diseñado varios videojuegos en esta plataforma. “El programa da las indicaciones y con los bloques se empieza a programar. Hay bloques de movimiento, color, escenarios, controles, sonido…”, explica Walter, quien en dos clases creó un prototipo del juego Pacman.
Ambos piensan estudiar Programación en la universidad. Pero tener nociones de informática no solo será útil para quienes quieren ser programadores.
Abogados, médicos… Para Xavier Ochoa, director del programa de Tecnologías para la Enseñanza y el Aprendizaje, del Centro de Tecnologías de la Información de la Espol, todos los profesionales del mañana necesitarán saber programar. “Será una habilidad como leer o escribir. En el futuro será parte de la alfabetización básica”.