Excavación de ocupaciones tempranas, una vez retirados los cinco metros de cenizas. Foto: Cortesía María Fernanda Ugalde
Las pruebas de carbono 14 confirmaron que una casa circular hallada en el sitio Tagshima, en el Casitagua, es la más antigua conocida de Quito y de la Sierra ecuatoriana. Esta estructura es de 1800 a.C.
Los arqueólogos María Fernanda Ugalde y Eric Dyrdahl, de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, lideran las investigaciones. El Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) financió el proyecto.
El poblado más antiguo que se conoce en Ecuador es Real Alto, de la Cultura Valdivia (6 000 años de antigüedad). Así, Tagshima es el segundo poblado más antiguo.
Estos hallazgos permiten llenar vacíos de periodos de los que no se tenía información. “Se observa la transición entre sociedades que usaban artefactos líticos y no cerámica. Hay domesticación de plantas”, indica Andrés Mosquera, arqueólogo del IMP.
Los arqueólogos proponen denominar a esta fase Uyachul, en referencia al barrio donde se hicieron las excavaciones.
Este sitio arqueológico es uno de los 1 097 puntos inventariados por el IMP. Los trabajos se iniciaron a finales de enero del 2020. Los hallazgos se hicieron tras retirar 5 metros de ceniza del Pululahua.
Los pobladores no volvieron tras la erupción, como sí se ha visto en otros sitios, debido a que el evento volcánico fue devastador. Se encontró, según relata Ugalde, que la primera caída fue de pómez grueso y después fueron acumulándose las cenizas.
Estas personas, consideradas las primeras quiteñas, vivían en elevaciones, a unos 3 000 msnm. Estaban allí “tal vez porque aprovechaban la cacería en los bosques, a la par de practicar la agricultura y aprovechar los pasos de montaña para trasladarse a otras regiones”, explica Ugalde.
Se encontraron grandes cantidades de semillas carbonizadas. Si bien hay que hacer estudios de laboratorio, los arqueólogos están seguros de que estos habitantes sembraban, entre otros, fréjol.
También hallaron fragmentos de cerámica. Se presume que estas piezas vinieron desde la Costa, pues esta tradición habría llegado más tarde a la Sierra. Además, se encontró una pequeña concha que habría sido usada como adorno.
La interacción con tierras bajas también se corrobora con el descubrimiento de un colmillo de jaguar, que habita en Esmeraldas y en la Amazonía.
La investigación inicial contempló la excavación de dos sitios en los que se encontraron las casas. Los arqueólogos buscan continuar con las excavaciones. Uno de los puntos a favor, explica Dyrdhal, es que esta zona no está urbanizada.
El objetivo es conservar el área, pues podría convertirse en un importante museo en los próximos años. “En otras partes del mundo, estos sitios tempranos son supervalorados”, señala el arqueólogo.
Hoy, a las 16:00, se presentan los hallazgos en un webinar abierto realizado por el IMP. También se articularán datos de ocupaciones tempranas de la Sierra con la Costa.
Además de Ugalde y de Dyrdahl, participarán James Zeidler, arqueólogo estudioso de los procesos de la Costa; Sonia Archila, arqueóloga y experta en arqueobotánica; y Carlos Montalvo, arqueólogo del Instituto Panamericano de Geografía e Historia.