El dramaturgo Luis Miguel Campos en la sala de su casa ubicada al norte de Quito. Foto: Julio Estrella/El comercio
Cuando Luis Miguel Campos tenía 17 años, su mamá -la escritora Alicia Yánez Cossío– le regaló un cuaderno con tapa de cuero lleno de hojas en blanco. Con el tiempo, ese cuaderno se fue poblando de recortes de periódico que anunciaban el estreno de una de sus obras de teatro, de la publicación de un nuevo libro o de su aparición en alguna película.
Sentado en un sofá de la sala de su casa, el dramaturgo Luis Miguel Campos ojea con curiosidad un cuaderno que ahora es una de las piezas de archivo más preciadas de su vida profesional. Este 20 de junio del 2019, él estrenará ‘La reina de la China’, una historia que será montada en el Patio de Comedias (9 de Octubre y 18 de Septiembre) y que cuenta la transformación de tres hombres en mujeres a través del género drag queen.
Antes de embarcarse en los detalles de esta obra protagonizada por Santiago Segovia, Alex Altamirano y Orlando Erazo recuerda, a través de los recortes de periódico que están pegados en su cuaderno, Campos habla sobre varias sobre dos creaciones en particular: Las Marujitas y Las Zuquillo.
Campos creció en medio de unos padres intelectuales y de una abuela amorosa, que un día, cuando tenía cinco años, le pidió que la ayudara a cocinar para un grupo de amigas. Lo que vio aquella tarde y que se quedó clavado en su memoria fue lo que dio vida a Las Marujitas. “Vi a un montón de ancianas -cuenta- bien respetables rezando el rosario y chismeando al mismo tiempo”.
Obra Las Marujitas Asambleístas, presentada en 2007 en el Patio de Comedias. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Esa imagen le sirvió de faro para escribir, al final de su adolescencia, esta obra que se estrenó en 1986 y que en más de tres décadas ha superado las 3 mil funciones. “Para mí Las Marujitas -dice- es un juguete escénico con muchos giros actorales y un montaje divertidísimo. Después escribí ‘Génesis y decadencia de la papá chola’, otra obra que también tuvo buena acogida”.
Las Zuquillo también tienen su génesis en la captura de una imagen cotidiana con la que se tropezó por casualidad, en este caso la de un mercado. Con este espacio de telón de fondo se propuso armar un melodrama empalagoso al que no le fue bien en el teatro, pero que fue un éxito en televisión y que con el que recorrió el país a través de circos populares.
De izq. a der., las actrices Martha de Salas, Marcela Campos, Mabel Cabrera y Monserrath Astudillo en el set de grabación de Las Zuquillo. Foto: Archivo / EL COMERCIO
“Durante mucho tiempo me lamenté que mi teatro llegara a un público de clase media o alta y no al pueblo. Esa espinita me la saqué con Las Zuquillo. Las presentaciones en los circos duraron cuatro años. Era fabuloso cuando veías a miles de niños que bajaban de las montañas solo para verle a la Lucha y al Jhony”.
Antes de levantarse para tomarse una foto con el mandala gigante que tiene en una pared de su sala confiesa que con a ‘La reina de la China’ quiere mostrar cómo lo que consideramos feo o monstruoso puede volverse tierno y cariñoso. Como siempre todo comenzó con una imagen de la vida cotidiana: ponerse y sacarse la ropa.