La rebelión de Fernando Daquilema, en una publicación

En San Miguel de Quera se levantó un monumento a Fernando Daquilema. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.

Fernando Daquilema fue una de las figuras más importantes en la rebelión indígena de Chimborazo, en 1871. La trascendencia de este hecho y el papel de este líder indígena son abordadas por el investigador Hernán Ibarra en el libro ‘La rebelión de Daquilema’.
La publicación es parte de la colección ‘Testigos de Riobamba’, del GAD municipal de Riobamba, en colaboración con el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC).
Hace 26 años, Ibarra centra su investigación en la rebelión de Riobamba y sus protagonistas, dentro de un proyecto sobre movimientos indígenas del siglo XIX, impulsado por la Universidad Católica, y que concluye con la publicación del libro ‘Aquí estamos amenazados de todita la indiada’.
En 2014, el INCP realizó un sondeo de fuentes documentales sobre Fernando Daquilema, en varios repositorios de Quito y Riobamba. En el proceso se hallaron manuscritos, impresos y fotografías, que fueron utilizadas por Ibarra, para ampliar y actualizar su primera investigación. Así pudo ubicar documentos sobre el bautizo, matrimonio y defunción de Daquilema.
“El interés es entender la lógica, el sentido y las causas de la rebelión”, dice Ibarra sobre un libro que rebasa el interés meramente biográfico, para proponer un acercamiento a las interpretaciones y apropiaciones que se han hecho de este suceso histórico y el personaje, entender el contexto social que provocó la revuelta y su trascendencia en la construcción de identidades históricas, culturales y políticas.
La rebelión de Chimborazo sucedió en diciembre de 1871 con un grupo de indígenas liderados por Fernando Daquilema. Ibarra apunta como detonantes tres hechos políticos: el trabajo subsidiario, con el que se obligaba a la población indígena a trabajar en obras públicas sin remuneración; el pago de diezmos y primicias; la implementación de otros tributos como las aduanas.
La insurrección indígena se gestó en la comunidad de Cacha y se propagó a Cajabamba, Sicalpa y Punín. El gobierno de García Moreno movilizó guardias nacionales y tropas de pueblos cercanos, provocando un violento enfrentamiento.
Fernando Daquilema murió fusilado en la plaza central de Yaruquí, el 8 de abril de 1872. Durante el proceso, Ibarra destaca la presencia de otros personajes como Serafín Ipo o Manuela León.
Ibarra explica que desde los años 60, Daquilema empieza a ser reconocido como héroe indígena y su historia es parte de la recuperación de la memoria histórica y reapropiada en diversas expresiones artísticas, como cine, teatro, danza, pintura y otras. Con su libro, busca incentivar nuevas investigaciones sobre Daquilema.