La muralista ambateña Lady Pink se encuentra en Quito como parte del Festival Warmi Paint que se inauguró el pasado 12 de noviembre de 2015 en el Centro de Arte Contemporáneo. Foto: Carla Sandoval/ EL COMERCIO.
Los zapatos de Sandra Fabara son testigos de una vida dedicada al arte. Mejor conocida en el medio como ‘Lady Pink’, ella es considerada como la primera grafitera del mundo. Desde el jueves 12 de noviembre de 2015, imparte en Quito talleres sobre murales como parte del encuentro Warmi Paint organizado por el Centro de Arte Contemporáneo (CAC).
‘Lady Pink’ es ecuatoriana, nació en Ambato en 1964 y vivió los primeros siete años de su vida en el país. En 1971 salió junto a su madre y hermana a Nueva York, desde entonces esa ciudad es su lugar de residencia. Fue allí donde, en 1977, conoció a su primer novio, esa relación marcó el despegue de su carrera artística.
En 1979, el joven fue detenido por grafitear la ciudad y deportado a Puerto Rico, ese fue el fin de la relación. ‘Pink’, con 15 años, tomó una lata de aerosol y empezó a escribir el nombre de su expareja en las paredes de su escuela.
Fueron sus amigos quienes le dieron en ese entonces el apodo de ‘Pink’ y así la llaman hasta ahora. Lo hicieron porque es un nombre “femenino y además se pueden construir las letras de diferentes formas y varios estilos”, cuenta la artista. Ella misma se dio el título de Lady por un interés que ha tenido siempre con la aristocracia y la realeza.
Con 16 años, Lady Pink ya pintaba los trenes de Nueva York. La emoción y la adrenalina la motivaban a seguir, pero se enfrentaba constantemente a dificultades por ser mujer.
Perteneció a TC5 (The Cool 5) y TPA (The Publica Animals), unos de los últimos grupos masculinos de grafiti de Nueva York.
La artista reconoce que parte de la dificultad tenía sus orígenes en los retos físicos que implica realizar un grafiti. “Uno tiene que cargar pintura pesada, subirse a paredes grandes y hacerlo todo con mucho miedo hay mujeres que no son hechas para eso. Algunos miembros de las agrupaciones se resistían a que los acompañe pues significaba un riesgo”, recuerda.
Sin embargo, a la par también hubo otros hombres que la apoyaron. Ahora ya no nota esa diferencia, incluso en un mercado dominado por los artistas masculinos, sus cuadros se venden por muy buen dinero, asegura.
Aunque se inició como grafitera, actualmente ‘Pink’ es muralista. “Ignorantes”, así llama la artista a quienes consideran que pintar un mural es un tipo de vandalismo. “El grafiti es vandalismo, es pintar contra las autoridades, contra la ley. Yo no hago eso. Soy artista, soy muralista”.
Tanto el grafiti como el mural utilizan la misma técnica, y es quizás por eso que se pueden confundir las intenciones detrás de quienes pintan las paredes de la ciudad. “La pintura spray no es un diablo, no hace solo vandalismo. Es un material que usamos las personas modernas que nos gustan las cosas hechas rápido”.
De hecho, entre las actividades que realizará en Quito como parte del Warmi Paint, ‘Lady Pink’ pintará varios murales en la capital. Ayer, 13 de noviembre de 2015, empezó uno cerca del Centro de Arte Contemporáneo. Su intención es hacer algo decorativo que tendrá 15 metros de ancho. Realizar la obra le tomará un día y medio. La mayor dificultad que enfrentará la artista es la inclinación de la pared, pues está ubicada en una bajada. El mural estará terminado hoy (14 de noviembre de 2015).