En el mundo gastronómico las listas se han convertido en útiles herramientas para que los comensales sepan no sólo qué es tendencia y un listado que se ha venido consagrando en el ámbito de la coctelería y es la de los cocteles clásicos más vendidos en las grandes barras del mundo de la revista Drinks International.
La lista hacía parte del informe anual que Drinks International publica en enero de cada año. No solo sacaba ránkings de cocteles, sino de tragos y marcas artesanales más consumidas en materia de licores.
Y durante muchos años, el coctel más consumido del mundo, según bartenders de las barras más prestigiosas del planeta fue el Old Fashioned. Por eso, cuando en la edición del 2022 fue destronado por el Negroni generó tanta sensación.
A medida que transcurre el 2023 se espera saber si el Negroni continúa en el podio, porque el ranking cobró tal importancia que fue separado del grueso del informe anual.
Drinkint.com anunció que, en vista de que este conteo era siempre fue su artículo más leído, esta vez el listado tendrá su propio suplemento este año con el nombre de The Cocktail Report y verá la luz con todo el despliegue en mayo.
Por lo pronto, podemos recordar el top cinco de los cocteles clásicos más consumidos del mundo. Podrá sorprender a algunos que piensan primero en la piña colada, el Bloody Mary, el Gin Tonic o el Pisco Sour. El top 5 de cocteles que más se piden en las barras de alta gama, en orden regresivo para ponerle más emoción, es el siguiente.
Daiquirí
Una playa cerca de Santiago de Cuba le dio su nombre a este coctel atribuido al estadounidense Jennings Cox, en el lejano año de 1896. Junto con el mojito esta bebida es uno de los íconos de la isla -basta recordar la famosa frase de Hemingway: “Mi mojito en La Bodeguita; mi Daiquirí, en el Floridita”- para tener incluso un par de lugares aún existentes que buscar si algún día se va a buscar la cuna de estas preparaciones.
Volviendo a la historia, se cuenta que Cox -minero que trabaja cerca de la playa de Santiago de Cuba– era un bebedor de ginebra y en una ocasión tenía invitados y al no encontrar ginebra, decidió servirles ron con zumo de limas de un árbol de su jardín. Cuentan también que un amigo suyo bautizó la receta como Daiquirí, por la playa vecina.
Mucho después, un bartender que lo probó en Santiago lo llevó a La Habana donde empezó a prepararse en el hotel Plaza. La receta básica es de ron blanco, zumo de lima y azúcar de caña (diferente del azúcar que vemos a diario). Algunos le añaden licor de cerezas y frutas, pero esta es la base.
Margarita
Asociado con la tradición mexicana, la margarita es uno de estos cuya base es sorprendentemente sencilla: tequila, zumo de lima y triple sec. A partir de ahí, los bartenders han jugado con texturas, formas e ingredientes. Hay margaritas de fresa, piña y más.
La web de Tequila Olmeca le dedica un apartado a la historia del coctel y resalta que su verdadero origen no se ha definido con certeza. Porque varias personas reclaman su autoría, contando una historia distinta de cómo surgió la mezcla. Por ejemplo, cuentan la historia de Carlos ‘Danny’ Herrera, que, en una fecha indeterminada de comienzos del siglo XX, dijo haber encontrado la combinación entre tequila, Cointreau y limón, a partir de buscar algo que ofrecerle a la actriz Marjorie King, que era alérgica a casi todos los ingredientes presentes, menos el tequila.
Pero otras historias reclaman esa paternidad: Carlos Orozco, en Ensenada, en 1941, buscaba crear una bebida en honor de la hija del embajador de Alemania en México, llamada Margarita Henkel. Y están Francisco Morales (en El Paso, Juárez, que el 4 de julio de 1942) y Danny Negrete, quien -se cree- la diseñó para su novia que adoraba la sal.
Finalmente, lo que importa es la delicia en que se convirtió esta bebida, una de las infaltables en el repertorio de cualquier coctelero, que inmediatamente nos remite a México y su riqueza gastronómica.
Dry Martini
James Bond está asociado con este coctel y la influencia del personaje cinematográfico ha llevado a algunos bartenders a seguir su instrucción: “sacudido, no agitado”. Aunque en sus orígenes más clásicos siempre fue lo segundo.
La historia de este coctel también es discutida, dos ciudades se disputan su origen: San Francisco y Nueva York. La primera -y para muchos, más probable- dice que un hotel del pueblo cercano de Martínez lo vendía a la gente, desde 1862, mientras esperaba el ferry que tomaban por la noche: era una mezcla de vermouth dulce italiano (Martini Rosso), ginebra dulce, gotas de líquido de cereza marrasquino y gotas de bitter de naranja, limón y la famosa aceituna.
Nueva York dice que empezó a servirse en el club Knickerbocker, en la primera década del siglo XX. La receta que solía agitar gotas de amargo, vermouth francés, ginebra inglesa seca y servirlas con la aceituna ha ido variando en proporciones. El Dry Martini comenzó su camino de fama cuando el presidente Franklin D. Roosevelt lo tomó en público para celebrar el fin de la ley seca.
Hoy el Dry Martini es una mezcla de cinco partes de ginebra y una parte de vermouth, que se sacuden o agitan. Algunos dicen que admite cambiar la ginebra por un vodka, pero otros dicen que esa mezcla es un Vodka Martini o un Bradford, en resumen, otra cosa.
Old Fashioned
Dicen que esta combinación fue el primer coctel de la historia y ubican su nacimiento a finales del siglo XVIII o comienzos del XIX. Así que no es casual que su nombre traduzca “pasado de moda” o “a la antigua”. Es la bebida insignia de Louisville, en Kentucky (Estados Unidos) y dicen que allí nació y que uno de los miembros del Pendennis Club de ea ciudad lo llevó al hotel Waldorf-Astoria de Nueva York, donde comenzó su peregrinaje, hasta conquistar el mundo.
Hoy el Old Fashioned es el coctel oficial de la Asociación Internacional de Bartenders (IBA, por sus siglas en inglés).
Sus ingredientes son: un terrón de azúcar, un chorrito de angostura, un cubo de hielo grande, 60 ml de whisky bourbon o de centeno. Se le puede agregar corteza de naranja o limón o una cereza y se sirve en un vaso Old Fashioned, el mismo del whisky.
En 1806 una bebida similar se conocía simplemente como The Whiskey Cocktail, pero 70 años después, fue asociándose con la expresión “beber a la antigua”, que estaba de moda en la época. El coctel sobrevivió a la prohibición a punta de combinarse con frutas que disimulaban la mala calidad de los whiskies con que lo preparaban. Pero su versión clásica no lleva frutas. Hay festivales en diferentes partes del mundo como el Old Fashioned Week, que se celebra desde el 2015.
Negroni
El Negroni tuvo como “ancestros” a otros dos cocteles. Primero fue el Mi-To, que combinó dos bebidas insignia de Milán y Turín (Torino): el Campari milanés y el vermouth rosso de Torino. A este, muchos americanos que lo probaban pedían agregarle soda, lo que dio origen al otro coctel: El Americano. Pero fue un conde italiano, Camillo Negroni, aficionado a este último quien, al enamorarse de la ginebra inglesa, decidió pedirle a su bartender de confianza que le hiciera un Americano, pero que cambiara la soda por ginebra.
La virtud que le atribuyen a esta bebida ya centenaria es la facilidad de su receta: partes iguales de sus tres componentes: Campari (o cualquier amaro equivalente), vermouth y ginebra, con una cáscara o rodaja de naranja. Es el coctel que está en furor en las barras del mundo.
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