‘Historia de amor’ de la compañía chilena Teatro Cinema concluyó el festival de teatro Fiesta Escénica Quito. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
La primera edición del Festival Internacional de Teatro Fiesta Escénica Quito finalizó la noche del domingo 27 de septiembre con la presentación de ‘Historia de Amor’, de la compañía chilena Teatro Cinema.
Esta obra es una adaptación de la novela homónima del escritor francés Régis Jaufrett a un lenguaje que combina el teatro con elementos de cine y de cómic. La propuesta de Teatro Cinema convierte al escenario en un espacio de tres dimensiones, en la que se debaten proyecciones y el trabajo corporal de dos actores.
Julián Marras interpreta a un profesor de inglés que ve por primera vez a Sofía en un vagón de tren, la persigue por varias horas y hasta su casa. Finalmente la viola. Así inicia una historia de obsesión y de sumisión, que no sólo critica la violencia y el machismo, sino también el silencio cómplice que contribuye a la perpetuación de estas formas.
El agresor nunca reconoce su culpa, se dice enamorado y así irrumpe cada espacio en la vida de Sofía –encarnada por Ita Montero-, hasta poseer su existencia, casarse con ella y tener un hijo. El juego entre culpa y responsabilidad incomoda al espectador cuando la protagonista deja de resistirse a su verdugo y permite que él la domine y la convierta en un objeto.
En esta historia se ve la transformación de la víctima a victimario, en la que toda la sociedad también es cómplice, al no denunciar y luchar contra los actos de violencia física, sicológica y sexual. El resultado es un universo solitario, frío y enajenado, que funciona como mecánicamente.
Este mundo oscuro y perverso propuesto por Jaufrett es representado en la obra de Teatro Cinema a través de animaciones a blanco y negro; estas hacen de escenario, permiten la interacción entre personajes reales y otros dibujados y permite la inclusión de globos de texto y onomatopeya.
El trabajo actoral se demostró coreográfico, al coincidir con exactitud en las proyecciones del equipo dirigido por Juan Carlos Zagal. El público del Teatro Nacional Sucre se retiró satisfecho por esta interesante puesta en escena y algunos espectadores fueron impactados por la crudeza del relato.